Vuelvo con otra opinión sobre el viajecito por Portugal de este verano. Una de las ciudades que fuimos a ver fue Sintra, visita prácticamente obligada si estás por los alrededores porque tiene muchísimo que ver.
Seguramente cuando os hablen de Sintra a nadie se le olvide mencionar el Palacio da Pena, su obra estrella, y realmente una maravilla. A nosotros nos encantó, además a poca distancia se encuentra el Castillo de los Moros o Castelo dos Mouros que está bastante bien conservado en cuanto a su zona de muralla y como a nosotros los castillos nos gustan tanto, pues…
Pero es muy posible que nadie os mencione la Quinta da Regaleira, no sé si es porque cuando uno va a Sintra a pasar el día se dedica de lleno a los dos sitios mencionados y después a irse de compras y pasear por sus callecitas. Buen plan, nosotros lo hicimos, pero además incluimos en la agenda este lugar del que no teníamos ni idea de su existencia.
De hecho, en Sintra además del Palacio da Pena y el Castillo de los Moros, no teníamos ningún otro lugar apuntado, hasta que hablando con nuestra gran anfitriona que ya todos conocéis, Conchi, nos dijo: “No tenéis que perderos la Quinta da Regaleira, es una maravilla”. Y nosotros obedientemente seguimos su consejo.
Pues bien, puedo deciros que fue de todos los lugares que visitamos en Sintra, el que más nos gustó y uno de los que más impresionados nos dejaron de todo el viaje en general. Aún hoy me acuerdo de sus jardines y se me abren los ojos los ojos como platos..
Contenido de la Guía
Datos prácticos
La Quinta da Regaleria se encuentra algo alejada del centro de Sintra, aunque perfectamente podemos llegar dando un paseo. Su situación exacta es Rua Barbosa du Bocage.
Nosotros al ir en coche apenas tardamos cinco minutos, pero vamos, tal vez en 15 estéis allí si os dirigís caminando.
El horario de visitas cambia según la época del año, la apertura es siempre a las 10 de la mañana, pero la hora de cierre cambia, esto es:
- Noviembre a Enero: 10 – 17.30
- Febrero, Marzo y Octubre: 10 – 18.30
- Abril a Septiembre: 10 – 20
Hay posibilidad de realizar visitas guiadas, que a su vez pueden ser temáticas o especializadas, con grupos de un máximo de 30 personas.
La otra opción es la visita libre con el mapa que os dan a la entrada.
En caso de que tengáis Pasaporte de estos que incluyen precios especiales, a la hora de comprar la entrada os harán un 20% de descuento, tanto en las visitas libres y como si la elegís guiada.
Por último, existen paquetes de visita para niños, escolares y adultos.Respecto al precio de la entrada, la verdad es que no lo recuerdo con exactitud, creo que entorno a los 8 euros, pero no podría asegurarlo.
De todas formas os recomiendo que comprobéis estos datos antes de ir por si hubieran cambiado.
Un mundo de Misterio
Cuando llegamos a Quinta da Regaleira nos quedamos con la boca abierta, es increíblemente impresionante. La quinta o el palacio tiene una decoración exterior que te hace pararte para observarlo y te quedas con cara de alucine durante un buen rato. Además es bastante tétrico, para qué engañarnos. Estaba algo nublado y Alex y yo empezamos con el cachondeo de que aquel sitio parecía el escenario de una de esas películas de miedo de toda la vida.
El sitio es impresionante sí, pero claro, cuando sabes te ha contado que allí te vas a encontrar con símbolos de la alquimia, la francmasonería, los caballeros templarios y el rosacrucismo, aún la atmósfera se torna más misteriosa y la visita se hace más especial.
Un misterio que no se quedara en una fachada suntuosa, sino que seguirá mientras paseas por sus jardines exuberantes, seguido muchas veces por los ojos inmóviles de estatuas o animales, y que para mayor gustazo de los amantes del mundillo del misterio, incluirá rutas y grutas subterráneas a las que podréis acceder si nos sois muy
Pero qué es Quinta da Regaleira
Si nos ponemos prácticos, y dejamos el mundo fantástico a un lado, y hablamos de qué fue la Quinta da Regaleira fue la residencia de verano de la familia Carvalho Monteiro.
Antonio Augusto Carvalho Monteiro (1848-1920), fue un hombre de ascendencia portuguesa, nacido en Río de Janeiro, en la época del Brasil Imperial. Licenciado en Derecho en Coimbra, era un bibliófilo y coleccionista notable, además de un amante de la realización de actividades filantrópicas. Un hombre de gran cultura y experto científico que determinó el programa iconológico tan misterioso de su residencia en la Sierra de Sintra.Para la construcción de esta residencia, de estilo neomanuelino, con su exuberancia decorativa, involucró a artistas de gran mérito y nombre como Antonio Gonçalves, Joao Machado, José da Fonseca, Costa Motta y Rodrigo de Castro.La historia de la quinta se remonta a 1697 cuando después de la adquisición y venta de la propiedad varias veces, en 1817 se cambia el nombre por el Quinta da Torre.
En 1840, es adquirida por la baronesa Regaleira y la propiedad se convierte en un refugio de verano elegante, cuyo conjunto estará formado por el propio palacio, la capilla y el jardín. Pasa entonces a conocerse como Quinta da Torre da Regaleira.
En 1893, el conjunto es vendido en una subasta cuyo mejor postor fue Antonio Augusto de Carvalho Monteiro que une la propiedad a otras parcelas de tierra, tomando la forma actual.
Carvalho Monteiro tenía muy clara la idea de cómo quería que fuese este lugar, así que entre 1895 y 1896, pide al arquitecto paisajista francés, Henri Lusseau un encargo para el parque y el palacio en estilo francés neo-gótico. Sin embargo, los planes no llegan a ejecutarse.
Pasa entonces el encargo al arquitecto y diseñador italiano, Luigi Manini, iniciándose entonces la construcción del parque y la construcción de los establos. A principios de 1900, las obras ya se centran en la capilla y en el exuberante palacio. Luigi estuvo absorbido durante 14 años en los trabajos de remodelación de la quinta y fue su última gran obra en Portugal antes de regresar a su tierra natal.
Años después de la muerte de Carvalho, la Quinta da Regaleira es comprada por Waldemar Jara d’Orey que entre 1949 y 1956 varias modificaciones a su gusto, así como en los edificios en el parque.
En 1987, la propiedad es vendida a la compañía japonesa Aoki Corporation y en 1997, la Cámara Municipal de Sintra la vuelve a adquirir.
Precisamente, bajo la gestión de la Fundación Cultursintra se da inicio a un amplio programa de recuperación patrimonial y en 1998 A Regaleira abre al público el 27 de Junio de ese mismo año.
Una visita por el interior del palacio
Antes de dedicarnos a sus inmensos jardines, es obligado pasar al interior de este palacio. Debo decir que no nos dejó muy impresionados porque está bastante vacío, tiene habitaciones muy curiosas (como la biblioteca, que luego mencionaré), así como otras habitaciones donde podemos ver planos y explicaciones de prácticamente cada detalle de su interior. Se veían planos antiguos, pero aún así podías tocarlos y leerlos. El problema es que había tantísima información en los mismos que llegaban a saturar.Como única pega pondría que no hay carteles explicativos en las estancias, al menos en las más importantes, así que vas dando vueltas por la casa a ciegas.
Sobra decir que, a pesar de que está bastante vacía, es impresionante, además de enorme y bastante “liosa”, puesto que entras por una habitación y de ahí salía un pasillo que te llevaba a otra habitación y de pronto estabas perdido… Muy en consonancia con el lugar.
El Palacio cuenta con una planta noble y sobre ésta, tres plantas más, además de la terraza panorámica o la “torrinha”, que es una pequeñísima torre donde podías subir y las vistas eran preciosas, aunque no podían estar en ella más de cuatro personas a la vez.
Empezaré por arriba…
La terraza panorámica, como su propio nombre indica, es un mirador con vistas a todo el jardín y a la Sierra de Sintra. Destacan en ella sus pináculos profusamente decorados con figuras fantásticas y naturalistas. En uno de ellos, y en una posición que queda frente al mar, aparece una figura del poeta Luis Camoes.
En la Torrinha o torrecilla, tenemos una impresionante vista panorámica de las montañas. La torrecilla concluye con una esfera armilar y una veleta con la Cruz de la Orden de Cristo. Para subir hasta ella tendréis que hacerlo por una estrechísima escalera de caracol (imposible que cuando alguien suba, otro baje), y luego arriba lo que más sorprende es que su espacio también es diminuto, cuatro personas como mucho.
Lo gracioso de esta escalera es que comunica con la biblioteca de la que os hablaba antes. ¡Qué mal rato pasé! Como en esta casa todo es una especie de juego, cuando vas a entrar a la biblioteca (que tiene forma pentagonal o similar) tienes una sensación rarísima porque está muy oscura y la iluminación es la justa para que te fijes en que los libros cubren hasta el techo todas las paredes. La guasa del asunto es que todo el borde del suelo es transparente, aunque en realidad es un espejo, entonces tienes la sensación de que los libros vienen desde abajo, pero lo peor es que, la zona que está con moqueta no cubre ese borde transparente, claro, entonces te parece que cuando pisas la zona central el suelo se va a caer. Como si estuvieras en una alfombra voladora. Es muy curioso y a mí me entró una neura impresionante, jaja.
Por tanto, en este piso tercero se encuentra la torre neo-medieval en posición Norte, además de la oficina, con conexión directa a su laboratorio y a las terrazas.
En la planta dos, donde hay una sala octogonal que recuerda a la Rotonda del Convento de Cristo en Tomar (que no tuvimos tiempo de ver). Además de la oficina y la biblioteca, en esta sala había algunas de las habitaciones y se utilizaba como zona de almacenamiento.
En el piso primero, más íntimo, se concentraban las habitaciones y los espacios reservados para la familia, como la sala de escudo y la habitación de los juguetes, espacio integrado en las habitaciones privadas de la pareja.
Seguidamente, encontramos el Salón de los Reyes, que se trata de una antigua sala de billar, donde están representados los escudos de las ciudades de Braga, Oporto, Coimbra y Lisboa. Sobre la chimenea se encuentra el antiguo escudo de Carvalho Monteiro donde hoy está el escudo de armas de Sintra.
La planta Noble, que sería la planta baja, cuenta con una decoración ecléctica y exuberante de las habitaciones, inspirándose en los períodos manuelino, renacentista y barroco.
Es importante destacar en esta zona el Salón de la Escalera, que se trata de una zona de amplia circulación donde antiguamente había una imponente escalera de madera de castaño tallada artísticamente, y que da a la parte superior de la casa.
Ya en el porche, encontramos una ornamentación tallada en piedra caliza de Coimbra, donde figura una epopeya que evoca los descubrimientos portugueses y el arquetipo de la jornada.
El Jardín de las Delicias y los Misterios
El jardín de la Quinta da Regaleira es una representación del cosmos, una sucesión de lugares imbuidos por la magia y el misterio. El paraíso se materializa con convivencia de un “mundos inferus”, o un dantesco mundo subterráneo, por donde un neófito sería conducido en su iniciación.
Un viaje iniciático por un jardín simbólico, mezcla de grandes epopeyas y de un mundo material formado por el cosmos y la conciencia.
Mientras caminemos por sus senderos, encontraremos referencias a la mitología al Olimpo, a Virgilio, a Dante, el Camoes, a Milton, a la misión de la Orden del Temple de Cristo, a grandes místicos y taumaturgos, a enigmas del arte real o a la gran obra de la alquimia.
Por tanto, este jardín constituye uno de los más enigmáticos y sorprendentes monumentos de Sintra dentro de los límites del centro histórico.
El jardín en sí mismo merecería una opinión, pero os voy a nombrar alguno de los sitios que no debéis perderos mientras los transitáis.
Pozo Iniciático o de iniciación
Seguramente será lo primero que leáis cuando busquéis información sobre la Quinta. Se trata de una torre invertida que se hunde cerca de 27 metros por debajo de la tierra y que podréis bajar a través de una monumental escalera de caracol. Obviamente, conforme vais bajando la luz disminuye, hasta quedar prácticamente su fondo en la oscuridad.
Aparece como un espacio consagrado de connotaciones herméticas y a la alquimia, lo que intensifica la relación entre la Tierra y el Cielo.
Nosotros para hacerlo más heavy, nos metimos por la gruta en la que desemboca, que al principio está iluminada, pero luego vas completamente a oscuras (menos mal que Alex lleva linterna en el móvil). Es toda una experiencia eso de ir por el submundo de este jardín metido en las entrañas de la tierra.
Otro de los puntos calientes es la Puerta de los Guardianes. Se trata de una estructura escénica rematada a ambos lados por dos torres y en el centro otra estructura similar a una torre que esconde una de las entradas a la Torre de la Iniciación. En frente de esta Puerta de los Guardianes, se sitúa la Terraza de los Mundos Celestiales y la Torre de Zigurat, que cubre la Cisterna.
El invernadero, zona donde se puede apreciar la pasión de Carvalho Monteiro por la botánica y que está dedicado a la diosa Flora. En la fachada existe un panel de azulejos que representa seis sacerdotisas oficiantes de un rito de fertilidad.
Imprescindible también es entrar a ver la capilla, neomanuelina, muestra una rica iconología y que tiene como tema central el ciclo mariano, especialmente las escenas de la Anunciación y Coronación de María. Su simbolismo todavía alude a la Orden de Cristo, el sucesor de la misión de los Templarios. La cripta tiene una conexión subterránea que da acceso al Palacio.
A todo esto se suman otras tantas grutas, como la Gruta del Laberinto que es preciosa porque nos permite ver un lago por dentro, nos quedamos pasmados con ella, o la Gruta de Leda o la Gruta de Oriente que desemboca en el Pozo Iniciático.
En fin, una maravilla de sitio, no hay palabras.
Palacio da Pena, Castillo de los Moros y, por supuesto, La Quinta Da Regaleira
Hay muchos sitios más, como el Santuario de Montserrat, pero creo que en un día con estos tres sitios y un paseo por el centro de Sintra es más que suficiente.
Nosotros estuvimos algo más de dos horas en la Quinta, o casi tres, no sé. Nos recorrimos el jardín entero, sin prisas, metiéndonos en todas las grutas, y eso que dan bastante temor precisamente porque están totalmente a oscuras y no se oye absolutamente nada.
La Quinta, en general, es una evasión dentro de Sintra, entras a otro mundo, no hay ruidos de la calle, todo es tranquilo y mágico, y aunque hay turistas, no está masificada.
Nos encantó, salimos de allí como dos niños. Un lugar mágico y misterioso que pasa bastante desapercibido, lo cual a veces puede ser una suerte.
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