Partimos de Oporto con la intención de hacer noche en Coimbra, en el hotel que habíamos reservado por internet antes de salir de viaje , y continuar viaje hacia Lisboa. Asi lo hicimos, pero con un cambio sustancial en nuestros planes iniciales. En estas nuestras últimas vacaciones ( las primeras sin niños), planificamos el viaje con antelación pensando en parar lo mínimo en cada lugar para poder pasar al menos una semana en El Algarve, que era nuestro destino final.
Así que reservamos ya todas las noches de hotel en cada lugar que teníamos previsto parar, pensando que de esta forma no perderíamos tiempo buscando un lugar donde pernoctar y aprovecharíamos para ver un poco de cada sitio y no pasar nunca más de dos días en el mismo lugar. En nuestros planes estaba pasar un solo día en Coimbra , pero aunque así lo hicimos, tomamos la determinación de, a la vuelta, demorarnos al menos un par de días en esta ciudad, cuando en principio nuestra intención inicial era hacer el viaje de vuelta del tirón.
El motivo de este cambio de planes fue una persona. El mundo es un pañuelo, dicen, y debe de ser cierto, porque nada más llegar al hotel nos encontramos con un cliente salmantino de mi marido, que se convirtió en nuestro guía en las pocas horas que pasamos en la ciudad. Él fue quien nos desengañó de nuestra impresión sobre la ciudad, ya que lo único que habíamos oído sobre ella era referente a su universidad y a las actividades, eventos y fiestas tradicionales de los estudiantes. Poco más sabíamos de Coimbra, a excepción de que su nombre aparece en muchos de los fados portugueses…;). Así que cuando este conocido de mi marido empezó a contarnos todo lo que se podía ver y hacer en la ciudad y sus alrededores, decidimos dedicarle un par de días a la vuelta, aunque eso significase quitárselos a nuestros días de sol y playa en el sur del país.
Hicimos bien en cambiar nuestros planes. La ciudad nos encantó, no tanto por su belleza como por todo lo que tenía para ofrecer al visitante. Nos apenó que en aquella época no estuviesen los estudiantes universitarios, pues según nos decían en todas partes, el ambiente era completamente diferente, y las celebraciones y fiestas eran casi diarias. La música, la cultura y la ciencia estaban mucho más presentes cuando los jóvenes estaban en época de clases, con eventos de todas clases y celebraciones que se han conservado desde tiempos inmemoriales. Tal vez en una próxima visita podamos disfrutar de todo ello, pero aún así, el cambio en nuestro itinerario mereció la pena, ya que la ciudad es mucho más que la cuna de una Universidad.
Contenido de la Guía
La ciudad de Coimbra
Para los que no hayan oído hablar mucho de esta ciudad, deciros que es la tercera más importante de Portugal y que durante siglos fue su capital, justamente hasta que pasó a serlo Lisboa, en el año 1255. Su historia se remonta a la época prerromana, a partir de la cual comenzó a cobrar una gran importancia comercial debido a su estratégica situación, un cruce de caminos al que acudían gentes tanto del norte como del sur del país.
Está situada en lo que hoy se llama la subregión de Baixo Mondego, más o menos a medio camino entre Oporto y Lisboa. Seguro que todos habéis oído hablar de las peregrinaciones a Fátima…Pues esta es la ciudad importante más cercana a ese lugar, por lo que son muchos los peregrinos que se acercan a ella.
Levantada a orillas del río Mondego, la ciudad tiene 2 partes muy diferenciadas: en la parte alta está lo que es el casco antiguo de la ciudad, en el cual se ubica también la famosa Universidad de Coimbra, una de las más prestigiosas de Europa.
En la parte baja está la Coímbra más moderna, hoy en día dedicada en su mayor parte al comercio, con una vida muy diferente, ya que en la parte alta predomina el ambiente estudiantil, con un aire mucho más melancólico, lleno de romanticismo y de leyendas. Según nos contó el amigo de mi marido, en época de clases las callejuelas de la zona alta se convierten en un hervidero de jóvenes, algunos de los cuales conservan antiguas tradiciones y es común ver a alguno de ellos envueltos en togas negras con tantos tijeretazos como decepciones amorosas han tenido.
Una de las celebraciones estudiantiles más sonadas en la ciudad es la del final del año académico con la Queima das Fitas, celebración en que la queman las cintas del color de la facultad a la que pertenecen.
Qué ver en Coimbra
Pero además de todo esto, la ciudad, especialmente en su parte alta, tiene muchas más cosas que ofrecer. Como ya os he dicho, en nuestro viaje de ida a penas pudimos visitar nada, ya que al día siguiente teníamos habitación reservada en Lisboa, pero en nuestro viaje de vuelta le dedicamos mucho más tiempo, y con el conocido de mi marido como guía, visitamos los puntos de interés más importantes y quedamos bastante asombrados ante la imagen tan distinta que nosotros teníamos de la ciudad.
A continuación os detallo algunos de los lugares en los que estuvimos y las cosas que vimos, aunque como comprenderéis nos quedaron muchas más por ver.
La Universidad de Coimbra
Como ya os decía antes, se encuentra en la parte alta de la ciudad, y está considerada la más antigua de Europa. Al llegar hasta lo alto de la colina en la que se encuentra ubicada lo primero que nos encontramos es la Porta Férrea, la puerta de entrada principal a la Universidad.
Al entrar nos encontramos con un patio enorme, donde destaca la Torre Cabra, que es el campanario de la capilla universitaria con una altura de 33 metros, y justo en el lado opuesto, un mirador, desde donde podemos contemplar las mejores vistas de Coimbra. Si la visitáis en día laborable , se puede entrar dentro y contemplar los cuadros que representan a diferentes catedráticos, en la galería latina y la sala de los capelos.
Pero quizás la parte más destacable de la Universidad sea su biblioteca. La Biblioteca Joanina con varias esculturas en el exterior, cuya construcción data del año 1717 está considerada como la más famosa biblioteca de Portugal debido a su estilo único.
Debe su nombre al del monarca bajo cuyo mandato fue construida, y goza de un patrimonio artístico y literario de valor incalculable, en el que por lo visto destacan varias colecciones de libros que van desde el siglo XVI hasta el XX.
Yacimiento de Conimbriga
A una media hora de camino de la ciudad se encuentran las ruinas de Conimbriga. Su origen data de un castro celta de la tribu de los Conii, a finales de la Edad de Hierro.
Las grandes excavaciones llevadas a cabo a lo largo del siglo XX han revelado un valioso y complejo conjunto de edificios, incluyendo termas, un acueducto que recorre más de 3.400 metros desde la fuente, y restos de una basílica cristiana, probablemente del siglo VI dC.
Os aseguro que os quedaréis maravillados ante las casas que allí se han ido descubriendo, las cuales conservan en un estado increíble después de siglos de existencia, un magnífico suelo de mosaicos policromados, destacando la casa de Cantaber, residencia típica del siglo III dC.y una de las más amplias en todo el mundo romano occidental. y la casa de los «Repuxos», pavimentada también con preciosos mosaicos de la época.
Fue uno de los lugares que más me gustó de todos los que visitamos en nuestra estancia en Portugal, no tanto por su belleza como por lo que todo aquello representa, ya que mientras lo recorres te parece increíble que todas aquellas edificaciones hayan resistido el paso del tiempo y podamos contemplarlas ahora, siglos después de su construcción.
Catedral románica de Coimbra
Volviendo a la ciudad, y sumergiéndonos entre sus antiguas callejuelas, nuestro amigo e improvisado guía nos acercó hasta la catedral de Coimbra, un edificio románico cuyo exterior tiene decoración con clara influencia islámica en su parte frontal o fachada, mientras que en su entrada lateral, llamada Puerta «Especiosa», revela elegante decoración renacentista.
La entrada a la catedral en sí es gratis, pero si quieres visitar el claustro gótico y el jardín bíblico que aloja en su interior, tienes que pagar 1,50 euros. Nosotros no entramos por falta de tiempo y tambien porque la catedral en si misma tampoco incitaba demasiado a la contemplación, o al menos a nosotros, que no somos demasiado entendidos en la materia, no nos llamó demasiado la atención.
El Arco de Almedina
Era la principal puerta de la muralla medieval y hoy en día es uno de los puntos de atracción turística más importantes de la ciudad, ya que la mayoría de los itinerarios para recorrer la parte vieja de la misma parten desde allí. Buena prueba de ello es una enorme tienda de souvenirs y productos típicos de la zona que te encuentras nada más atravesar la puerta, y en donde, como buenos turistas, nos hicimos con unos cuantos recuerdos para traernos a casa.
Su parte más antigua parecer ser del siglo IX, habiendo estado, inicialmente, constituida por dos torreones cúbicos unidos por un arco. Su aspecto actual puede ser el resultado de reformas efectuadas a comienzos del siglo XVI por orden del rey Manuel I. No nos impactó demasiado el arco en sí, pero si el cúmulo de gente que había en la zona, y por tanto el ambiente turístico que se respiraba por todos los alrededores.
Yo creo que en la tienda aquella no había ni un solo portugués comprando…La mayoría éramos españoles pero había mucha gente hablando inglés, y también vimos a japoneses y a muchos italianos por los alrededores.
Jardín botánico de Coimbra
Está muy cerca de la Universidad y su construcción se remonta al año 1773 como consecuencia de la Reforma de la Universidad llevada a cabo por el Marqués de Pombal. Fue diseñado por artistas italianos y en él hay varias zonas diferenciadas, con un área de bosque, invernaderos, estanques y una fuente, así como variedad de árboles centenarios de varios países con un colorido impresionante.
Hay también un espacio dedicado a la vegetación tropical lleno de variedad de palmeras y justo encima un gran acueducto que se me asemeja en pequeña escala al acueducto de Segovia.
A nosotros nos encantó. Pese a que según nos dijeron, no era la mejor época para visitarlo, ya que en otoño es cuando está más bonito, nos pasamos unas cuantas horas paseando por sus jardines y contemplando todas aquellas zonas con vegetaciones tan variadas y espectaculares.
Os recomiendo que si vais a Coimbra no dejéis de visitarlo. El jardín está abierto todos los días del año y la entrada es gratuita, aunque algunas zonas, como los invernaderos, no se pueden visitar si no es acompañados de un guía.
Portugal dos pequeñitos
Ya solo por esto hubiese merecido la pena el parar en Coimbra más tiempo del que teníamos planeado. Este fué uno de los lugares del que el amigo de mi marido nos habló más efusivamente cuando le contamos que tan solo estábamos en la ciudad de paso. Nos aseguró que era impensable estar en Coimbra y no visitar el «Portugal dos Pequeñitos«. Creímos que nos hablaba de algo dirigido más bien a los niños, pero como pudimos comprobar después, se trata de un lugar muy especial que sí, encanta a los niños, pero no más de lo que puede maravillar a los adultos.
Se trata de una especie de parque temático, obra del Profesor Bissaya Barreto y el arquitecto Cassiano Branco, en el que se puede disfrutar de la magia de visitar una representación de los monumentos y edificios más característicos del país.
El parque está situado en el Largo do Rossio, en Santa Clara y cuenta con tres zonas diferentes: una parte está compuesta por una reproducción de las más típicas casas regionales portuguesas, una segunda parte que abarca el «área monumental», donde encontrarás reproducciones de los monumentos más representativos desde el norte al sur del país, y por último la parte dedicada a la representación etnográfica y monumental de aquellos países africanos de lengua oficial portuguesa, así como de Brasil, Macau y la India, además de a las Azores y Madeira.
Estaba atestada de gente, y nos solo familias con niños, como nosotros imaginábamos que estaría, sino muchas parejas como nosotros, e incluso excursiones de gente mayor. A nosotros nos encantó, era como si te sintieses un niño y pudiese recorrer la historia de Portugal a través de todos sus monumentos. Nos apenó que nuestros hijos no estuviesen con nosotros porque estábamos segurísimos de que les encantaría. Y así nos lo confirmaron cuando vieron el vídeo que grabamos en el lugar.
Conclusión
Visitamos más monumentos, Iglesias y lugares típicos de Coimbra, como Santa Clara -a- Nova, la Iglesia de Santa cruz, la plaza de Largo de Portagem, el Museo Machado…, pero no me enrollo más porque sino esta opinión va a parecer más una guía turística que otra cosa. Tan solo quiero dejar bien claro que esta ciudad se merece mucha más atención de lo que en principio puede parecer. Además de ser una ciudad universitaria es también un lugar en el que se puede hacer turismo de muchas clases.
Nosotros solo pasamos allí un par de días en nuestro viaje de vuelta, pero creo que Coímbra y todos sus alrededores pueden ser sin lugar a dudas un destino turístico de primera, en el que se puede pasar como mínimo una semana recorriendo sus callejuelas y disfrutando no solo de una ciudad bonita, sino de un gran ambiente.
En cualquier caso, me parece que una visita a Coimbra es totalmente recomendable.
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