En una ciudad como Nápoles, con su historia, con su antigüedad y con su arraigada tradición religiosa, encontramos numerosas iglesias, a cual más bella y singular.
Reconozco que las visitas a las iglesias y las catedrales cuando viajo a una ciudad son imprescindibles; me gusta mucho ver el arte religioso y en numerosas ocasiones compro láminas o algún que otro recuerdo.
En el caso de Nápoles os diré que, al saber de la existencia de tantas iglesias, planeamos ver unas cuantas y no todas. Ya sabéis como son estas cosas cuando andas limitado de tiempo y quieres hacer tantas visitas…
Pues lo dicho, una de las iglesias que visité fue la de San Francisco di Paola. Creo que a nadie se le puede pasar esta visita, dada la ubicación de esta iglesia presidiendo la famosa Plaza del Plebiscito.
Este edificio religioso fue construido en 1817 por Fernando I, rey de las Dos Sicilias, en conmemoración de la reconquista del reino del que le habían expulsado durante las guerras con Napoleón.
En cuanto se echa un primer vistazo a la fachada, se percibe su evidente parecido al Panteón de Roma y no es de extrañar ya que está inspirado en éste, con su tambor macizo rematado por una cúpula baja y su pórtico de estilo jónico.
Su dibujo neoclásico, obra del arquitecto Pietro Bianchi está perfectamente integrado en la columnata dórica toscana construida por el arquitecto Leopoldo Laperuta en 1808, a petición de Joaquín Murat.
Sorprenden, una vez dentro, sus dimensiones y su distribución; por un lado la cúpula se percibe enorme, dando la sensación de estar en una zona a cielo abierto, al no ver columnas o soportes.
Por otro lado, los corredores a varios niveles que se observan en lo alto, en la base de la cúpula hacen que el tempo parezca algo así como un teatro donde, a buen seguro, los más nobles ocupaban, durante los oficios, estas “gradas” con situación privilegiada.
Tanto el retablo que encontramos en el altar mayor como el resto de la decoración son de una gran belleza, lo que hace que la Iglesia de San Francesco di Paola sea una de esa iglesias de Nápoles que no debemos dejar de visitar, sin duda.
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