Villa Romana del Casale

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Una visita a Sicilia nos plantea el dilema de qué cosas ver y cuales dejarnos para otra ocasión, tal es el montón de tesoros históricos que alberga. Así que, cuando tras visitar Agrigento, nos trasladamos hacia Siracusa, el desviarnos de la ruta principal hacia la zona de Piazza Armerina, nos dejó con la duda de si valía la pena semejante rodeo.

Por supuesto, a los pocos minutos de poner los pies en la villa romana del Casale, cualquier duda se había disipado por completo…

Dónde está

A 5 kilómetros de Piazza Armerina, una tranquila población rural en el sur de Sicilia, en la provincia de Enna. Se trata de la única región ‘húmeda’ de la isla, en la que hay frondosos bosques de pinos, un auténtico espejismo, ya que todo el resto es secano mondo y lirondo.

Qué es la Villa Romana del Casale

Los restos de una antigua villa romana, que no fueron descubiertos hasta una época relativamente reciente. Se sabe que alrededor de este latifundio romano creció una aldea llamada Platia (probablemente, nombre derivado de Palatium) que fue destruida durante las invasiones visigodas.

En el siglo XII, un corrimiento de tierras cubrió de lodo lo que quedaba de la finca originaria, lo que la mantendría al abrigo de futuras incursiones de los saqueadores. Sus habitantes se trasladaron entonces a lo que es hoy la población de Piazza Armerina.

Datación arqueológica

Aunque en siglos anteriores ya se habían encontrado restos de mosaicos, las primeras excavaciones sistemáticas empezaron en 1929.

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Las excavaciones definitivas tuvieron lugar en las décadas 50 y 60, tras las cuales se cubrieron las ruinas con la actual estructura que la protege de las inclemencias climáticas. Basándose en el estilo de los mosaicos, los arqueólogos fijan su antigüedad en la época de la Tetrarquía (285-305 dC).

Debido a la magnificencia de los elementos suntuarios, es muy posible que la villa perteneciera a alguien de la familia imperial, incluso al propio emperador Maximio, aunque los últimos descubrimientos apuntan más bien a su hijo Magencio.

En cualquier caso, es obvio que se trata de una villa fastuosa, de un lujo poco habitual fuera del rango senatorial o imperial.

La Villa

Se trata de un edificio de una planta construido alrededor de un peristilo (un patio columnado) de dimensiones importantes (38 por 18 metros). Además de las habitaciones normales en una edificación romana (triclinium, atrium), la villa destaca por un inmenso deambulatorio que contiene el más famoso de los mosaicos. También se encuentran anexas unas termas que se calentaban por el sistema del hipocausto (fuego debajo del suelo) y que alimentaban de agua a través de un acueducto.

Muchas de las dependencias subalternas no se han podido localizar todavía, por lo que es probable que futuras excavaciones revelen nuevos elementos arqueológicos relevantes. Como ya se dijo, la villa está cubierta de una estructura de metal y cristal que permite visitarla a través de un sistema de rampas elevadas.

No es ninguna maravilla, pero para ser Italia, un país donde la conservación del patrimonio arqueológico es más bien mediocre, no está mal.

Los mosaicos

Villa Romana del Casale

Sin duda, el principal atractivo de la villa y el motivo de que esta haya sido declarada patrimonio de la humanidad. Cubren el suelo de la mayoría de habitaciones y están en un estado de conservación excelente.

Espero que las fotos os permitan tener una idea de los mismos… El más famoso, por aparecer en múltiples libros de historia es el denominado como el de ‘las muchachas en bikini’ en lo que probablemente era una sala dedicada a la música o una biblioteca.

Pero la palma se la lleva el gigantesco mosaico que adorna el ambulatorio que distribuye hacia las habitaciones: 60 metros de largo y una superficie de 350 m2. Una auténtica maravilla que representa escenas de caza en un ambiente selvático y que impresiona no sólo por sus dimensiones, sino también por la depurada técnica con la que los artistas consiguieron plasmar este ambiente exótico y bestial. Uno no puede sino imaginar como sería la villa en su momento de máximo esplendor…

La visita a la villa puede completarse con un recorrido por la cercana y tranquila población de Piazza Armerina, que tiene un bonito Duomo barroco y un castillo de la época de la dominación catalono-aragonesa.

En cualquier caso, el desvío hacia el interior de la isla vale la pena, ya que las obras de arte que contiene la villa son únicas y muestran un magnífico estado de conservación.

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