Puede parecer extraño proponer un paseo turístico entre las tumbas de un cementerio, pero el Cementerio Monumental de Milán no es un simple cementerio, lo se puede considerar como una galería de arte, un inmenso museo al aire libre de arquitectura y escultura moderna, dónde se pueden admirar obras de los más importantes artistas italianos, tal como los escultores Adolfo Wildt, Francesco Messina, Erminio Blotta, Pietro Cascella, Ettore Ximenes, Giacomo Manzù y muchos otros.
Este gran cementerio, el más viejo y más grande de la ciudad que se puede encontrar en Milán, fue fue construido entre 1863 y 1866 y diseñado por Carlo Maciachini, un arquitecto de gran reputación que siguió el estilo Lombardo con formas Byzantine. Ocupa una superficie aproximada de 250.000 metros cuadrados. El Cementerio Monumental de Milán se considera lo más importante en el mundo para las obras de arte que se pueden admirar y es uno de los lugares más visitados por los turistas que están en Milán.
En nuestro caso el día acompañaba bastante a darnos una impresión triste y gris del cementerio, puesto que el frío era más que notable, y al acudir temprano no nos topamos más que con algún habitante de Milán que acudía al cementerio por motivos personales y no como nosotros por ocio, aunque eso no nos desanimó para nada, sin embargo, tengo que reconocer que sí que es bastante curioso acercarse a un cementerio por un interés turístico más que por otra cosa, vamos, algo que yo hasta esta vez no había hecho nunca.
A la entrada se encuentra el edificio más importante, llamado “Famedio” (dónde se entierran las personas más famosas y más importantes de la ciudad) y después se puede pasear entre estatuas, elaboradas capillas, mausoleos y otras obras de arte, en una atmósfera que inspira una gran paz y tranquilidad.
El cementerio de Milán se presenta ya en los planos de la ciudad como el «Cementerio Monumental», y es que no es para menos, se trata nada más y nada menos que de un jardín barroco donde se presentan las fantasías y caprichos, porque muchas veces no son más que caprichos, de las familias más adineradas de la ciudad de Milán, donde incluso podemos llegar a ver una reproducción de La Cena de Leonardo da Vinci a tamaño casi natural, rivalizando con una especie de Torre de Pisa, o unas esculturas dignas de exposición en cualquier galería de arte que se precie.
Paseando entre las capillas y las estatuas se puede encontrar los sepulcros de muchas personas importantes de la cultura italiana y europea, tal como los poetas Enrico Marinetti, Salvadore Quasimodo y Eugenio Montale, el escritor Alessandro Manzoni, la cantante lírica Maria Callas, los compositores de óperas Arrigo Boito, Amilcare Ponchielli y Pietro Mascagni, el gran director de orquesta Arturo Toscanini y muchos otros.
A finales de los cincuenta en este cementerio fue enterrada, bajo una lápida con nombre falso, Eva Duarte (mejor conocida como Evita Perón), esposa del presidente de la República Argentina Juan Domingo Perón.
A la entrada del Cementerio Monumental hay un pequeño museo con muchas curiosidades y, sobre todo, una colección única en su género de antiguos y curiosos coches fúnebres.
De mi visita recuerdo con especial interés algunas tumbas donde las esculturas que se encontraban sobre ellas podían pasar de lo más fúnebre y temerario a una imagen casi erótica de la figura representada; por ejemplo, recuerdo en especial una cama donde se encontraba semi-acostada una mujer con cara enfermiza, y unos metros más adelante la escultura de otra mujer semi-desnuda sentada en una pose muy sensual sobre el mármol. Y es que son cosas que te chocan primero por el lugar donde te encuentras, y segundo por la perfección de las figuras tanto en forma como en expresión.
Otro detalle a destacar del cementerio es que a lo largo y ancho del mismo se encuentran colocados algunos paneles explicativos de las figuras y trabajos más impresionantes del mismo, donde por un lado encontramos el plano detallado del cementerio con números situados sobre el mismo; y en el lado contrario estos mismos números junto a la fotografía de la tumba en concreto. De esta forma, en lugar de vagar por el Cementerio observando a nuestro alrededor sin prisa las formas escultóricas, podemos ir directamente al grano de las que más hayan llamado nuestra atención.
Mi recomendación personal es que se de un paseo sin prisa por los senderos del cementerio, ya que si bien es verdad que en los paneles se da cuenta de las más espectaculares, seguramente durante el paseo se descubrirán otras que a pesar de no estar públicamente referenciadas llamarán nuestra atención. La visita merece la pena siempre que dispongáis de tiempo de sobra para descubrir la ciudad, aunque yo me la saltaría si estuvierais muy justos; en nuestro caso reservamos un par de horas para acercarnos hasta allí, y la verdad es que no nos arrepentimos.
Por último, simplemente advertiros que para la entrada al cementerio además de exigirse respeto por el lugar de que se trata, se pide explícitamente mediante un cartel en la entrada que las vestimentas sean las adecuadas, y se avisa de que media hora antes del cierre del mismo se hará sonar una sirena avisando de que llega la hora de cierre de las puertas; y es que se entiende que los responsables del mismo no asuman la responsabilidad de recorrerse por completo semejante jardín en vistas de avisar a todos los visitantes de que el cierre va a efectuarse, así que en caso de visitarlo a última hora de la tarde, ya sabéis, atentos a su sirena.
El Horario de apertura del Cementerio Monumental es de lunes a domingo, de 08.30 h a 17.15 h.
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