Estrasburgo

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Otra de las ciudades que visitamos en nuestro tour por Francia fue Estrasburgo.

Estrasburgo se encuentra en el Noroeste de Francia y pertenece a la región de Alsacia que es la más pequeña de Francia, el macizo de los Vosgos y el Rhin delimitan la meseta, se haya fronteriza con Alemania y por esta causa ha sido una zona disputada por ambos países, para que reinase la paz y la concordia entre los pueblos en el año 1952 se decidió elegir Estrasburgo como Sede del Consejo de Europa apelando a la reconciliación de la que se pretendía que fuese la nueva Europa.

Río Ill en Estrasburgo

Para reducir los gastos de una estancia, podemos hacernos con el Strasbourg Pass. Cuesta 12 € y con él podemos disfrutar de diversas actividades, como la visita de un museo a elegir, subir a la azotea de la catedral o pasear por el río en una de sus embarcaciones turísticas. Puede conseguirse en la oficina de turismo, que se encuentra en la plaza de la catedral.

El clima en Estrasburgo es regular, dicen que suele llover casi todos los días, pero no llueve de continuo sino que llueve por la mañana o por la tarde y el resto del día permanece gris. A nosotros nos hizo bastante buen tiempo e incluso mucho sol pero de todos modos no nos libramos de algunas tormentas que venían y se iban y refrescaban así el ambiente.

Cómo llegar a Estrasburgo

Eurolines tiene autobuses a diversas ciudades europeas con parada en Estrasburgo, por lo que no hace falta ningún transbordo. Es la opción más económica y más si reserváis con antelación. Eso sí, os podéis bajar del autobús en plena madrugada.

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Otra opción es cojer un autobús o tren a París (desde Barcelona, diario en el caso de los trenes, excepto domingos en el caso de los autobuses, opción más económica) por la noche, llegar a la estación de Gallieni o Austerlitz por la mañana y desplazarse a la Gare de l’Est, desde donde hay varios trenes diarios a la capital alsaciana. Hasta hace poco el trayecto duraba 4-5 horas pero con la reciente implantación del TGV el tiempo se ha reducido a la mitad.

Para quienes os llevéis el coche, Estrasburgo sufre una escasez crónica de aparcamiento. Lo mejor es utilizar alguno de los ocho parkings que cuenta la ciudad. Para llegar a ellos hay que seguir las indicaciones «P+R Tram». Más información en: www.parcus.com.

Qué ver en Estrasburgo

Calles de Estrasburgo

Estrasburgo es una ciudad con una ordenación urbanística muy curiosa puesto que se encuentra dividida por varias partes por el río ill. El centro histórico está rodeado de canales con multitud de casas pegadas a ellos, la mayoría son restaurantes lo que hace que una cena allí por la noche sea algo inolvidable, es obligatorio degustar un buen vino de Alsacia y dejarnos acompañar por la música en directo del local, normalmente un piano.

Recomendamos sin duda uno de los más famosos, el Point Saint Martin, donde podemos degustar la comida típica de Alsacia como el choucroute que es un plato con repollo fermentado en sal acompañado de cuatro tipos de carne entre los que no puede faltar la salchicha, el beicon o el codillo. Realmente delicioso y eso que no soy un amante del repollo, pero esa fermentación le da un sabor totalmente diferente. Si no es plato de nuestra devoción no hay problema porque podemos escoger entre una amplia variedad como el pollo, el pato, las truchas o el maravilloso foie-grass.

Pero es mejor hacer primero un recorrido para abrir el apetito.

Catedral de Estrasburgo

Como la mayoría de ciudades lo que más llama la atención de Estrasburgo es el casco antiguo, en este caso está ubicado en una isla bastante grande que forman dos brazos del río y a la que se accede por numerosos puentes desde todas las partes de la ciudad. En esta isla se ubica la plaza de la catedral con una de las catedrales más bonitas de la zona donde por la noche hacen un espectáculo de luces de colores (al menos ahora en verano). En esta plaza podemos encontrar muchísimos turistas y muchísima vida y de ella parten varias calles hacia las diferentes zonas del casco antiguo.

El barrio románico de la ciudad es conocido como «La pequeña Venecia» por sus canales. A cada paso descubrimos nuevas maravillas y sin duda la más espectacular es la Catedral de Notre-Dame conocida como la flecha de Alsacia y que está considerada como una de las maravillas del arte gótico europeo, reconstruida entre los siglos XI y XV. Merece la pena visitarla durante los meses de agosto y septiembre cuando por las noches iluminan su fachada y su interior con potentes focos que van cambiando de color a la vez que suena música acompañando esos cambios, la plaza se llena de gente para contemplar este espectáculo de luz y sonido. Ya dentro encontramos un reloj astronómico que a las 12:30 h pone en funcionamiento un precioso juego de autómatas que representan las edades de la vida.

Pont Couverts en Strasbourg

Seguimos por sus callejuelas y nos encontramos casas como la Maison de tanneurs (la casa de los curtidores) con su fachada decorada con cientos de flores a la orilla del río, podemos coger una pequeña embarcación y llegar hasta el Rin o seguir paseando; llegamos a los Ponts Couverts (los puentes cubiertos) que eran una de las medidas defensivas de la ciudad, aunque perdieron el tejado ya en el Siglo XVIII, flanqueados por dos grandes torres una de las cuales era una cárcel de mujeres.

Más atrás encontramos el puente del cuervo en donde a los condenados a muerte se les encerraba en unas jaulas y eran arrojados al río. Hoy en día las torres vigilan la ciudad silenciosamente y el puente sirve de tranquilo paseo para los transeúntes.

Casas de Estrasburgo

Por otra parte podemos encontrar el extrarradio que es donde aparecen los edificios más grandes y no tan típicos, a pesar de ello no se trata de fincas y pisos como los de cualquier gran ciudad o ciudad dormitorio españolas, son casas de varios pisos con tejados triangulares o hechas de madera. Tienen encanto por fuera y por dentro abundan las moquetas, lo cerrado (para protegerse del frio en invierno) y sobre todo lo pequeño, se venden y alquilan montones de casas de 15 a 30 metros cuadrados, y según se nos dijo mucha gente vive en ese tipo de casas, sobre todo jóvenes. Es algo parecido a lo que está ocurriendo en Madrid cada vez más,

La zona comercial principal se encuentra alrededor de la Rue des Hallebards, pero son carísimas. Algo más económicas son las de las calles Grandes Arcades y Grand Rue.

Catedral de Nôtre Dame

Catedral de Notre Dame en Estrasburgo

Quizá la más bella de Francia, más que la de París (mi madre es parisina y quizá ya la tengo muy vista). Con sus 142 metros, es una belleza arquitectónica, edificada entre 1176 y 1439, gótica con influencias románicas.

A destacar su aguja, su mirador, su representación del Juicio Final y, muy posterior (año 1838), su reloj astronómico con autómatas en su interior.

Cuenta con un museo. Su pórtico es del siglo XIII y en su interior dispone de un órgano medieval gigantesco.

El barrio que la rodea es uno de los más acogedores y seductores que he visto, salpicado de tabernas en las cuales degustar las deliciosas cervezas alsacianas. Alsacia es la principal región francesa productora de esta bebida. A destacar la taberna St.Sépulchre (15, rue des Orfèvres).

Plaza Kléber

Plaza Kléber de Estrasburgo

Esta plaza, la place Kléber, se encuentra ubicada en el centro de la zona comercial de la ciudad de Estrasburgo. Es conocida por ser la plaza más grande de la ciudad y su nombre se debe al general Jean-Baptiste Kléber, nacido en Estrasburgo en 1753 y asesinado en 1800 en El Cairo. En el centro de la plaza podemos encontrar una estatua de Kléber y a sus pies hay una cripta con sus restos.

Al estar situada en el centro de la ciudad es muy fácil llegar a casi cualquier sitio desde ella. Tiene cerca varias paradas de transporte público.

Es una zona totalmente peatonal, por lo que puedes dar infinidad de paseos y perderte por las calles que la rodean. Debido a su gran tamaño casi siempre hay alguna exposición con obras o estás haciendo algo siempre referido al tema cultural.

Está rodeada por edificios señoriales que te hacen retroceder en el tiempo. Algunos de ellos tienen el famoso tejado de las conocidas «maison à colombage». Uno de estos edificios es un Fnac enorme donde se pueden adquirir diversos tipos de productos. En lo que es la plaza podemos encontrar varios restaurantes y bares.

Parlamento Europeo

Parlamento Europeo de Estrasburgo

A unos 3 km del centro. El público puede asistir a los debates por espacio de una hora y por orden de llegada (sin reserva). Éstos tienen lugar en en edificio Louise Weiss desde el año 1999, una estructura en la que destaca el juego de líneas curvas que trazan el acero y el cristal.

Palacio de Europa

En el mismo barrio se encuentra este edificio diseñado por el arquitecto Richard Rogers y finalizado en 1995. Aquí se reúne el Consejo y el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos.

El casco antiguo o «Grande Île» (gran isla)

Vista aérea de Estrasburgo

Como su nombre indica, se trata de una isla que por un lado tiene el río Ill y por el otro el canal Faux-Rempart, lo que supone la existencia de muchos puentes.

En sus extremos se conservan torres defensivas del siglo XVIII. Dentro de su perímetro, patrimonio mundial de la Unesco desde 1988, se encuentra la ya mencionada catedral.

Campo de exterminio de Natzweiler-Struthof.

Natzweiler-Struthof.

Único campo nazi de prisioneros en Francia, cercano a una cantera. Allí trabajaron muchos presos hasta su muerte, otros por disparos o ahorcados.

Algunos eran enviados a la universidad para experimentos médicos principalmente relacionados con la guerra química.

Está unos 50 km. al Sudoeste de Estrasburgo.

Paseo en barca por los canales de Estrasburgo

Canal de Estrasburgo

Ahora os voy a hablar de una de las actividades que realicé consistente en un paseo en barco por los canales de la ciudad. Es lo que los franceses llaman «promenade en bateau-mouche».

Aunque he realizado este tipo de recorridos en varias ciudades, no se trata de una actividad que me apasione especialmente; de hecho, cuando estuve en París no la realicé. Pero ahora, visto lo visto en Estrasburgo, os recomiendo fervientemente que no dejéis de hacerlo si vais a esta bella ciudad.

Aunque habíamos visto el embarcadero y la caseta de venta de tickets el viernes por la tarde decidimos que, quizá daríamos el paseo el domingo, pero sólo si no se terciaba nada mejor que hacer. En caso afirmativo, ya habíamos decidido que tomaríamos uno de los barcos descubiertos ya que se puede optar entre este tipo y otro que están cubiertos por completo por grandes mamparas de cristal.

El domingo por la mañana la lluvia, tan típica de Estrasburgo, hizo acto de presencia con lo que vimos limitadas nuestras posibilidades para hacer visitas o pasear. Tras ver en el interior de la catedral sonar el peculiar carrillón, a las doce y media, decidimos que una buena opción para seguir viendo cosas y no calarnos sería la de tomar un «bateau-mouche» de los cubiertos. Así lo hicimos.

Palacio Rohan de Estrasburgo

Nos dirigimos hacia el Palacio Rohan, enfrente del cual se encuentra el embarcadero y la taquilla para sacar los tickets. En un luminoso se indica toda la información que se pueda necesitar en cuanto a precios, frecuencias, etc. Deciros que el trayecto dura una hora y diez minutos; que el precio de la entrada para adultos es de 6.80 euros y que los barcos parten cada media hora o cada hora, según el momento del día. Ah, y admiten el pago con tarjeta de crédito.

Faltaban diez minutos para que saliera el siguiente barco, así que hubimos de darnos prisa; aún con todo tuvimos que pedir un poco de tiempo al señor que recogía las entradas al acceder al barco y fue muy comprensivo y amable; luego, en el barco nos contó que era hijo de emigrantes leoneses y nos dio mucha conversación, en español, claro. Además, nos situó en la primera fila, junto a él, donde las vistas son mejores.

Edificios construidos en el canal de Estrasburgo

El barco es muy cómodo y de gran capacidad (calculo que para unas doscientas personas). Cada asiento dispone de unos auriculares en los que se puede seleccionar el idioma en que se quiere escuchar la locución; el español es el número 5 y como anécdota contaros que está grabado por una voz sudamericana, con lo que nos encontramos con unos giros, expresiones y construcciones de las frases que, en algunos casos, no son como las nuestras y resultan incluso graciosas.

El paseo resulta agradabilísimo y muy interesante ya que se puede visitar gran parte de los principales enclaves de interés turístico de la ciudad; todo ello perfectamente explicado.

Durante el recorrido se puede experimentar la sensación de quedar «atrapado» dentro de una inclusa en la que varían la altura del agua para así poder sortear distintos niveles en el cauce de los canales. Igualmente, se pasa casi rozando por debajo de algunos puentes o bajo uno que hace un giro de noventa grados permitiendo el paso del barco.

A pesar de la lluvia, la visibilidad es muy buena y al finalizar el periplo uno siente esa sensación de que ha aprovechado bien el tiempo ya que la belleza de los lugares recorridos bien ha merecido la pena el paseo. Recomendadísimo.

Dónde comer en Estrasburgo

Restaurante Kammerzell

En frente de la catedral, la Maison Kammerzell era la mansión de un rico mercader del siglo XV convertida en restaurante. Una leyenda a vuestro alcance.

L’Alsace à Table. En el número 8 de la céntrica rue des Francs-Bourgeois. Especializado en pescado, glamuroso, extensa carta de vinos y con una excelente relación calidad-precio. Está tan especializado en pescados, que aunque sepáis francés, siempre os pueden pillar con algún nombre muy concreto y nadie habla español. Llevad un buen diccionario… o escoged otro plato, no sea que en un alarde de mímica os sirvan té con limón.

Algo más caro, Au Cocodrile, condecorado con dos estrellas Michelín. Su carta se basa en la cocina tradicional alsaciana y cuenta con una amplia carta de vinos. Se encuentra en la rue de l’Outre.

Conclusión

Canal de Estrasburgo por la noche

En definitiva, una ciudad encantadora que ya de por sí justifica el viaje. La única pega es que es de las ciudades francesas en donde el uso de la bicicleta está más generalizado.

Al igual que en Gerona, aquí los ciclistas también tienen licencia para saltarse los semáforos, ir en contradirección, circular por la acera, atropellar al anciano de turno y huir cobardemente y, en definitiva, todo lo que sea hacer tonterías.

En resumen, es un lugar de obligada visita. Un lugar multicultural donde conocer a los franceses y alemanes y en el cual debe de ser muy interesante vivir y conocer mejor.

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