Lyon

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La verdad que Lyon, de buenas a primeras no es una ciudad que pueda erigirse como destino turístico europeo por excelencia, ya que seguramente, haya otras ciudades o lugares que despiertan en el ávido viajero, ansioso de nuevas experiencias y visiones de lugares plagados de gente, sensaciones nada superfluas que interfieren de manera espectacular con los conocimientos históricos adquiridos en el periplo de su vida.

Llegados a este punto, podría decirse que Lyon no es una de esas ciudades que despierta especial interés, a pesar de ser una de las 3 ciudades más grandes de la France, después de París y Marsella. Tampoco por ser la segunda área metropolitana más poblada del país galo, después de París.

Quizás tampoco sea por los dos ríos que riegan la ciudad, el Ródano y su afluente el Saona, ni por sus zonas patrimonio de la humanidad por la UNESCO. Puede ser que tampoco por ser la cuna de tantos personajes de más o menos fama histórica u/o internacional como Antoine de Saint-Exupéry (escritor de «El Principito» y aviador y que da nombre al aeropuerto de la ciudad), el conocido abbé Pierre (sobretodo conocido por sus ayudas sociales a los desfavorecidos en Francia), el físico Ampère del cual adopta su apellido la unidad según el sistema internacional para medir la intensidad de corriente, el entrenador de fútbol Luis Fernández (quizás menos importante que el resto), el cocinero Paul Bocuse (de gran renombre internacional actualmente) o quizás tampoco, y simplemente digo quizás, los hermanos Lumière, inventores del cine tal y como lo conocemos ahora.

Panorámica de Lyon

También me aventuro a considerar, que quizás no sea de interés general, debido a sus 2.000 años de historia, palpable en sus calles y en sus monumentos, tales como los anfiteatros romanos, desde la fundación de Lugdunum. (nombre como los romanos conocían a Lyon) o por su barrio histórico, el Vieux-Lyon, por su colina de Fourvière o su basílica en la misma colina, divisando toda la ciudad desde las alturas, ni muchas otras razones que seguramente esgrimiré a continuación…

En fin, hay muchas razones por las cuales no es un destino de los de primera línea, si se me permite la expresión. Aún así…creedme si os digo que es un verdadero placer andar por sus calles, perderse por sus rincones y sentarse en sus plazas.

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Llegando a Lyon

Mirador de Lyon

Lyon, siendo la tercera ciudad más grande de Francia está muy bien conectada ya sea ferroviaria, automovilística o por avión. Así pues, podemos elegir la manera más cómoda de llegar en función de nuestras intenciones y/o capacidades. En coche hay autopista directa hasta casi, casi Lyon cruzando los pirineos y pagando unos 48€ en peaje si salimos desde Barcelona, a esto hay que sumar los gastos de gasolina. Otra opción es el tren, más económico, pero sin recorrido directo, al menos desde Barcelona, por lo que será necesario un cambio de tren como mínimo.

Por todo ello la opción más recomendable, bajo mi punto de vista siempre, es el desplazamiento aéreo. Hay diferentes compañías que vuelan a Lyon. Más concretamente a su aeropuerto internacional de Saint Exupéry, no demasiado grande (tan sólo una Terminal) pero reformado hace poco y de manera muy acertada, con una estructura bastante moderna y confortable, sin mucho trasiego, sin mucha gente, muy tranquilo.

Basílica de Lyon

Justo a su lado, está la estación ferroviaria de Sant-Exupéry, donde según me comentó un amigo, tiene paso el tren que conecta la ciudad italiana de Milán con París. Lo peculiar de esta estación es sobretodo su arquitectura y su diseño, realizada por el prestigioso y conocido arquitecto español Calatrava.

Sin embargo, lo que nos concierne en este momento es el aeropuerto. Para salir de él y llegar al centro de Lyon, lo más sencillo y fácil es el autobús. Siguiendo las indicaciones de los paneles informativos, debemos de seguir la indicación de BUS y llegaremos a un mostrador de la empresa SATOBUS. La duración del trayecto hasta el centro es de aproximadamente una media hora, en función de la parada en la que bajemos y del tráfico que haya, que a depende que horas (sobretodo a partir de las seis de la tarde) os aseguro que es casi nulo, esto se debe a que Lyon ya funciona según el horario del norte de Europa de los Teletubbies, es decir, a las cinco o seis en casita tomando te.

Moviéndose por Lyon

Estatua del Rey Luis XIV en Lyon

Quien haya leído mis opiniones sobre otras ciudades ya sabe que soy partidario de ver las ciudades como San Fernando, un rato a pie, y el otro…caminando. Así que dicho queda, plano en mano o persona que conozca la ciudad, buen calzado y a empaparse de las calles, de la gente, de los edificios, de los detalles, de las vistas, de la llovizna que es tan frecuente en Lyon el algunas épocas…vamos un poco de todo.

Sin embargo, como se que hay mucha gente muy comodona…Lyon ofrece también muchas otras maneras para moverse por ella, tales como una buena red integrada de Metro, Autobús, Tranvía y Trolebús. Por integrada me refiero que con el mismo billete podéis subir en lo que queráis, lo que no sé si con trasbordo como por ejemplo en Barcelona.

Además, depende de donde estéis alojados, para ver algunos lugares está bien el transporte público. Nosotros lo cogimos apenas unas tres veces en tres días y medio de estancia en la ciudad, y más por cansancio general que por necesidad, pero los pies no perdonan después de dos días caminando sin parar y haber hecho más de 25 km andando por la ciudad.

Famoso puente rojo en Lyon

Por otro lado, hay dos maneras de ver la ciudad de Lyon. La primera de ellas es por zonas, ya que en esta ciudad están bastante bien delimitadas, puesto que al haber dos ríos que recorren la ciudad, se crean algunas zonas bastante bien establecidas que históricamente también han tenido diferencias.

A groso modo, tenemos la zona del este, la zona del oeste, la zona entre los dos ríos y el norte. También está el sur, pero esa zona ya tiene menos atractivo turístico ya que es la más nueva y zona de comercios, viviendas, etc.

Otra forma es sin delimitación ninguna y sin seguir una pauta geográfica concreta, andando y rigiéndose por las ganas de ver las cosas. De todas maneras también está la que hace uso de ambas maneras. Establecer una zona a ver y a partir de ahí desviarse si vemos que estamos cerca de algún sitio que queremos ver, o simplemente por que al fondo visualizamos algún edificio o zona que nos apetece ver.

A continuación daré la explicación de las zonas por apartados, barrios, o como más os guste llamarlos.

Fourvière

Vista panorámica de Fourvière

Fourvière es la zona de la colina situada en el Oeste de la ciudad de Lyon, coronada por dos elementos que poco tienen que ver entre ellos. Uno es la torre de comunicaciones, conocida en la ciudad como la Torre Eiffel, puesto que tiene algún parecido con la torre parisina por excelencia. La verdad que de parecido poco.

De noche, se ilumina, por lo que su forma se asemeja a la torre de la que coge su nombre. Sin embargo, con la luz del día nada tiene que ver, puesto que no deja de ser un entramado forjado de hierros con multitud de antenas colocadas a lo largo de su estructura y segundo por su tamaño, muchísimo menor que la original, aunque todo sea dicho, de noche iluminada tiene una buena estampa sobre la colina lionesa.

basílica de Fourvière

La otra figura que recorta el horizonte cuando nuestra mirada se encamina hacia este enclave es la Basílica de Fourvière, dedicada a María. Esta basílica es algo curiosa, o así me lo pareció a mí. No es fea, es bastante bonita, quizás con unas formas algo forzadas, cuadriculadas, con una base rectangular y cuatro torres, una en cada esquina de la basílica (se que algunos lioneses la llaman el elefante tumbado, ya que sus torres parecen las cuatro patas del paquidermo animal). Está construida (que no fabricada) en el s.XIX, a finales si no me equivoco.

Lo de la rareza de esta basílica radica en que no predomina un estilo único en su estructura, ya que es una mezcla de diferentes estilos, la entrada, el retablo, el exterior…aún así es visita obligada de Lyon, puesto que no olvidéis que está considerada patrimonio histórico por parte de la UNESCO.

De diciembre a marzo (otro dato que no estoy 100% seguro) se puede realizar una visita guiada por la basílica, así como subir a una de las torres, la del extremo sur-este, donde hay un observatorio. Sin embargo, para tener unas vistas panorámicas de la ciudad no hace falta subir al observatorio, ya que hay una especie de terraza que nos permitirá visualizar con esplendor todo el casco antiguo lionés si las condiciones meteorológicas así nos lo permiten.

Fourvière de noche

Para subir a esta basílica hay dos formas. Una en teleférico, que nos costará un numero determinado de unidades monetarias de curso legal en la Unión Europea (vamos…euros) o bien andando…¿cuál elegimos? Siiii andando jajaja Lo único, que para aquellos que no estéis en forma o no os guste subir escaleras será un suplicio, ya que en primer lugar tendremos que subir las escaleras que os aseguro que son unas cuantas durante un ratito (os digo que bastantes) y luego seguir ascendiendo por un camino hasta llegar a la basílica, pero merece la pena como comento, por la basílica y por las vistas desde la misma.

Una vez allí, podremos seguir por el camino de las rosas, indicado mediante paneles verticales, o si os fijáis en el suelo, por marcas metálicas con grabados en forma de rosa.

Si seguimos por el camino natural (la calle más grande) llamada Rue Roger Radisson llegaremos al museo de la Civilización Galo Romana, en el cual me informaron que tampoco merecía mucho la pena entrar. Sin embargo, en esa zona nos encontraremos con otras dos muestras claras de la vida romana en la Galia, como son un odeón y un teatro galorromano. No son excesivamente grandes, pero están bastante bien conservados y merece la pena darles un vistazo, ya que nos encontramos cerca de ellos.

Vieux-Lyon

Atardecer en Vieux-Lyon

A los pies de Fourvière, con la colina a un lado, y el río Saona al otro, nos encontramos con el Vieux-Lyon (el Lyon Antiguo). El porqué de su nombre es bastante obvio. Es el casco antiguo de la ciudad de Lyon, y esto se nota en sus calles, todas adoquinadas, donde salir de los adoquines significa salir del Vieux-Lyon, también patrimonio UNESCO.

Aquí lo mejor es dejarse perder, no es una zona excesivamente grande, por lo que perderse es algo que sale fuera de las posibilidades, y siempre queda como referencia el río. Está dotado de un ambiente bohemio encantador…pasear por sus calles con llovizna ligera es todo un placer mientras ves sus tiendas de artesanía, de marionetas, de productos típicos, restaurantes, etc…delicioso para los sentidos.

Ciudad vieja de Lyon

En esta zona tenemos como edificios que hay que ver el palacio de justicia, la entrada del cual está orientada al río y sobretodo la Catedral de St. Jean, construida entre los siglos XII y XV, sobria, pero preciosa.

Tres datos de esta Catedral llamaron mi atención por encima del resto. El primero de ellos es la entrada. Si nos fijamos, la parte superior de las puertas de entrada está plagada de figuras de hombres, la mayoría de ellos sin cabeza. Otro es el reloj situado al fondo de la catedral, y otro el rosetón con los 12 apóstoles situado encima del órgano al fondo, pero en el ala este.

Presque’île

Río Saona en Lyon

Esta zona, traducida al castellano se llamaría «Casi Isla» puesto que es una zona que parece una isla y está situada entre los dos ríos que riegan las tierras lionesas, el Ródano y su afluente el Saona.

Para variar, también es patrimonio de la UNESCO, y no cualquier cosa lo es. En esta parte de la ciudad los sitios más emblemáticos por decirlo de alguna manera son dos plazas sobretodo, la plaza Bellecour, una de las más grandes de Europa, la más grande peatonalmente hablando, es decir, sin intromisión de carreteras, como puede ser la Piazza Venecia en Roma. También perteneciente al patrimonio de la UNESCO.

En ella encontraremos en el centro, una gran estatua de Luix XIV a lomos de un bello corcel (como me gusta esta palabra) y una inmensa noria de gran altura que funciona casi de manera continua. Desde esta plaza podremos ir por numerosos sitios, aunque hay tres de especial mención. Si giramos dirección oeste por avenida Max Bonaparte Chambonnet, llegaremos a las orillas del río Saona, donde todas las mañanas nos encontraremos con un mercado de productos naturales: hortalizas, legumbres, pescados, embutidos, quesos, etc…una buena oportunidad para probar algunos productos típicos de la ciudad.

Puente sobre el Río Saona en Lyon

Algo curioso es que cuando pasamos, había un puesto haciendo paella para llevar jajaja Si es que en el fondo nos tienen bastante envidia… Otra opción es continuar por la calle Victor Hugo, para hacer compras ya que hay multitud de tiendas (por la cual llegamos a la plaza Carnot, que tampoco es gran cosa) o bien la rue de la République, de mayor importancia e importancia y por la que llegaremos a la plaza del mismo nombre, la plaza de la República. También cerca de esta calle está la Place des Terraux, donde se encuentra el ayuntamiento de la ciudad, en un edificio bastante bonito del s. XVII, y con la presencia de una fuente con tres corceles que nos muestran mucha fuerza y vitalidad, recomiendo verla.

En esta zona también tenemos el Hospital del Hôtel-Dieu del mismo siglo que el ayuntamiento, el teatro de los Celestinos, en la plaza del mismo nombre, y la ópera en un edificio acristalado muy moderno, en contraste con sus bohemios alrededores.

Un dato curioso de esta zona, es la existencia de unos pasos entre calles llamados traboules. Son pasillos que datan de la edad media que conectan una calle con otra a modo de calle transversal sin llegar a ser una calle, sino un pasillo, por el cual se puede acceder a las porterías de muchos pisos situados en los edificios bajo los cuales discurren estos pasadizos.

Parc de la Tête D’or

Parque en Lyon

Situado en el norte de la ciudad de Lyon es uno de los parques más grandes de la ciudad (si no es que es el mayor de todos), con nada más y nada menos que 105 hectáreas, que viene a ser si no me equivoco…unos 105.0000 metros cuadrados. Es un parque inmenso, vallado en su totalidad, con 7 accesos, y de entrada gratuita, pero no durante las 24 horas del día, ya que a las 20:30h de la noche, cierra sus puertas. Es un parque perfecto para pasar entre sus árboles, sus plantas, sus lagos, riachuelos e incluso zoo…ya que tiene un zoo dentro también de acceso gratuito aunque obviamente, con menos animales que cualquier otro zoo de pago, pero bueno…menos es nada.

Además, hay un camino que bordea todo el parque por su interior, preparado para los que quieran hacer deporte y correr por él. Os aseguro que había multitud de gente corriendo. También hay muchísima gente que va a este parque a pasear, a dar una vuelta, con los niños, etc…y aquí es donde probé el mejor gofre de mi vida, en uno de esos puestos ambulantes que había dentro del parque y donde había una cola de 50 personas más o menos…lo cual indica que obviamente, han de estar buenos, y sí, lo están y mucho. Así que a darse un caprichito.

Para llegar a este lugar lo más cómodo será el metro, bajándose en la parada de Masséna, que queda a escasos 10 minutos de una de las entradas del parque.

Fijaos si es grande que dentro de sus dominios cuenta con un velódromo, al cual no accedimos, además de múltiples lagos de generosas dimensiones, de los que uno incluso tiene una isla a la cual se puede acceder mediante pasaje subterráneo.

En su parte nor-oeste, para los más frikis o simplemente curiosos, comentar que se encuentra un edificio de la INTERPOL. Está claro que os dejarán entrar, pero por acercarse y hacer una foto no pasa nada de nada.

La noche en Lyon

Lyon iluminado por la noche

Pues bueno…aquí hay que aclarar, que la noche, como en España, en ningún lado. Será por el frío, será porque oscurece antes, será por la educación, será porque no han visto ni a Alfredo Landa ni a Andrés Pajares de pequeños, pero por las calles a partir de cierta hora no hay nadie, y cuando se dice nadie, se dice nadie, ni peatones ni coches. Obviamente, siempre puedes ver algo más de gente en las cercanías de los lugares de copas y bares, pero nada de tumultos ni andanadas de gente hambrienta de fiesta aireando cantares típicos como el Asturias patria querida o Paquito el chocolatero…

Aún así, hay sitios para salir, pero es diferente. Allí todo empieza antes, y los posibles bares, pubs, discotecas ya están llenas a las 12 de la noche, cosa que aquí en España es harto complicada, sino imposible. Lo más típico son los pubs donde tomar algo, ya que las discotecas, conocidas como las conocemos aquí están más escondidas y son más…selectas podríamos decir, como clubs privados en los que el acceso es algo más complejo. Sin embargo, hay multitud de bares y locales de mucho encanto a lo largo de toda la ciudad. Los lugares donde más sitios podemos encontrar es a las orillas de los ríos, sobretodo, por lo que ví, a orillas del Seona. Si nos perdemos un poco por el Vieux-Lyon también encontraremos muchos lugares.

Comer en Lyon

Puente de Lyon

Lyon se erige como una de las capitales gastronómicas francesas, así que gastronómicamente es algo fabuloso. La ciudad está llena de restaurantes donde apetece entrar, tanto por su decoración como por su carta. Cada calle tiene restaurantes de gran calidad, cuando menos de cara al exterior. Además, el tipo de restaurante que mayormente encontraremos por las calles de Lyon son las brasseries donde podréis degustar las típicas viandas lionesas, compuestas sobretodo de carne de cerdo y gran cantidad de embutidos, así como quesos y buenos vinos.

Hay una calle donde bastante céntrica donde cenamos una de las noches que se llama Mercière, situada en la Presque’île. Es una calle peatonal en la que sólo hay restaurantes a ambos lados, a cada cual mejor, y en la que el precio medio de un menú, sin bebidas, es de 20€ para dos platos y postre.

Otros dos sitios gastronómicos de referencia de la ciudad son, en primer lugar la Brasserie Georges, la más antigua de la ciudad, con un edificio enorme para ella (al lado del Hotel Ibis Perrache). El otro referente gastronómico es Paul Bocuse, reconocido cocinero por la Guía Michelín, que si no recuerdo mal tiene tres estrellas en su restaurante L’Auberge du Pont de Collonges. Obviamente, ir a comer ahí tiene un precio taxativo para la mayoría de nosotros que buscamos ahorrar un poco de dinero al hacer este tipo de viajes. Sin embargo, nuestro amigo Bocuse ha tenido la genial idea de abrir diferentes restaurantes en la ciudad de Lyon bajo su legado, pero a precios mucho más asequibles.

Vistas del río Saona en Lyon

Y de aquí surgen las 5 brasseries situadas en Lyon: la norte, la sur, la este, la oeste y l’Argenson. También cabe decir que en estas, la calidad, presentación de la comida no ha de llegar ni por asomo a las características de la de su centro gastronómico importante, pero aún así es una experiencia bastante positiva y a un precio bastante más económico. En la norte por ejemplo, apertivo, dos platos, postre, café y vino por 35€ por cabeza.

Por último comentar, que luminosamente, Lyon es una ciudad preciosa. Es una de las cosas que más me llamó la atención de esta ciudad. El buen gusto en los tonos de las luces, en la localización de las luces, los puentes iluminados, los monumentos, absolutamente todo. Cabe decir, que en el mes de diciembre, Lyon celebra la «Fiesta de la luz» por si caben dudas.

Seguramente me olvide de sitios y zonas, pero creo que la visión general de esta preciosa ciudad francesa ha quedado retratada en esta opinión que he hecho pensando en cada momento que he pasado este último fin de semana en Lyon y que espero que además de gustaros, os sirva de ayuda para próximos viajes.

Sin nada más que decir me despido, encantado de mi viaje, y recomendando encarecidamente la visita a Lyon…

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