Estación de Rossio

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La primera vez que fui a Lisboa, hace ya bastante años, anda que no ha llovido ya…, siendo apenas una adolescente que se afanaba por descubrir el mundo, recuerdo perfectamente mi primera visión sobre el edificio de la Estación del Rossio.

No sabía qué era, la fachada estaba ennegrecida por la humedad y la contaminación de años y años de desidia… pero me llamó la atención por esa portada tan bonita donde las haya, y recuerdo perfectamente cómo le pedí a un familiar que me hiciese una foto con la portada de la Estación del Rossio al fondo. Esa foto aún existe, si me animo, igual le hago una foto y os la cuelgo (si antes la encuentro, tengo una ligera idea de en qué álbum se encuentra).

Pero a lo que vamos, que lo que es innegable es que la estación del Rossio, en el corazón de Lisboa, es sin duda uno de los edificios más bonitos de toda la ciudad. Yo he podido asistir a su lavado de cara, a su cierre temporal, su restauración… y verla de nuevo brillante y maravillosa (como debió ser inicialmente), con la cara limpita y renovada interiormente. Un edificio que llama la atención tanto de día como de noche iluminada.

Un poco de historia

Estación del Rossio de Lisboa

La Estación del Rossio es un edificio probablemente mucho más moderno de lo que uno inicialmente puede pensar cuando se sitúa frente a su entrada principal. El estilo es neomanuelino, de ahí que pueda llevarnos a equívocos y pensar en el estilo manuelino de otros edificios de Portugal, como por ejemplo la Iglesia y el Monasterio de los Jerónimos en Belem.

Pero mientras el estilo manuelino es de principios del siglo XVI (época del reinado de Manuel I de Portugal), el estilo neomanuelino es una corriente historicista que pretende recuperar el estilo artístico manuelino y que se dio a finales del siglo XIX y principios del siglo XX.

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Aunque obviamente se dan un aire muy similar entre ambos, cuatro o cinco siglos lo separan ni más ni menos. Y la Estación del Rossio, sin lugar a dudas, es uno de los grandes edificios lisboetas, con una belleza espectacular, que muchas veces no crees que puedas encontrarte al doblar una esquina.

La Estación del Rossio fue construida a finales del siglo XIX. Los primeros ferrocarriles sobre vías de acero datan de finales del siglo XVIII, aunque se popularizaron especialmente en la segunda mitad del siglo XIX. Es en esta época cuando se construyeron las grandes Estaciones de Ferrocarril a lo largo y ancho de Europa.

El encargado del proyecto fue el Arquitecto Luis Monteiro, que decidió realizar un edificio impresionante, que sólo con contemplarlo te hace pensar en edificios grandiosos como un gran teatro o un gran palacio. Y es que, muchas veces, al pasar frente a la fachada del edificio de la estación del Rossio, no se piensa que se trate de una ¿simple? estación de trenes, sino que uno piensa en un edificio civil más importante. No tiene nada que envidiar a otros grandes edificios lisboetas, es más, creo que algunos de los otros tienen bastante que envidiarle a ella.

Una de las cosas que me preguntaron en este viaje fue precisamente el origen del nombre de Rossio, sobre todo por la conocida como Plaza del Rossio. Esta plaza, en realidad, no se llama así, sino Pedro IV, pero todos, absolutamente todos, los lisboetas la conocen popularmente como Praça Rossio. Intentaré hablaros un poco del origen del nombre de este lugar tan especial, sin el que Lisboa no sería nunca la misma.

Aunque la Plaza del Rossio no se llame oficialmente así (sino que se llama, como acabo de decir, Plaza de Pedro IV), el nombre del Rossio es muy anterior al de la plaza actual y por supuesto también a la Estación del Rossio. Rossio era y sigue siendo la plaza principal de Lisboa, la plaza del pueblo. Actualmente, sigue siendo un lugar de encuentro en la ciudad, donde se celebran fiestas, manifestaciones, por donde siempre hay estudiantes y turistas… Antes del terremoto de 1755, Rossio era también la plaza del pueblo, donde iba el pueblo llano y se celebraban corridas de toros, desfiles militares, obras de teatro e incluso juicios.

Cómo es la Estación del Rossio de Lisboa

interior estacion rossio

La estación del Rossio sorprende por fuera, pero también lo hace por dentro. En su fachada, el estilo neomanuelino, romántico y tan típico de Portugal resulta impresionante en una fachada con dos grandes arcos de entrada y numerosos arcos y ventanales a lo largo de sus tres pisos, coronada por un reloj en la parte central y superior.

Pero por dentro, el Rossio también sorprende, ya que en su interior pueden verse vigas de hierro dispuestas formando el techo y cuyo proyecto inicial fue idea del mismísimo Gustave Eiffel. No te esperas encontrar todas las sorpresas que vas a hallar en el interior del edificio y que no podrás ni imaginar desde fuera.

Pero quizá lo más sorprendente de este edificio es algo que uno no piensa cuando pasea tranquilamente por la Baixa, frente a su entrada principal. Y es que Lisboa es una ciudad de colinas (siete para ser más exactos, como la Roma antigua). La parte central está formada por una gran Vaguada mucho más baja (la zona de la Baixa, el Rossío…) mientras que a ambos lados se levantan grandes colinas. A un lado las colinas donde se ubican el Castillo de San Jorge y el Barrio de Graça, y al otro lado la colina del Bairro Alto. El Bairro Alto se sitúa justo encima de la Estación del Rossio, con una gran pendiente desde la parte superior a la inferior y viceversa. La diferencia de alturas es evidente a simple vista, pero si os dedicáis a andar por las escaleras laterales hasta el Bairro Alto, se dará cuenta, en sus propias carnes, del desnivel tan acuciado que existe. Que no es lo mismo subir en elevador (que también se puede, y además se debe) que a patita.

La Estación del Rossio tuvo que ser por ello diseñada de una forma un poco extraña, ya que debía salvar dicho desnivel. Las plataformas de donde salen los trenes se encuentran mucho más altas que el nivel de la entrada principal entre las Plazas de Restauradores y Pedro IV (popularmente conocida como la Praça do Rossio).

Durante un tiempo esta Estación estuvo cerrada al público durante su remodelación. Recuerdo que en el año 2006 yo visité Sintra desde Lisboa y en lugar de coger el tren en Rossio tuve que irme hacia Campo Pequeno o Campo Grande (no recuerdo cuál de las dos es una estación de trenes). Pero desde que la Estación del Rossio volvió a ser abierta al público, si quieres visitar la bella Sintra, deberás tomar un tren precisamente desde esta estación.

Mi experiencia y opinión

Estacion del rossio en Lisboa

La Estación del Rossio tiene algo especial, bueno, en realidad, al menos para mí, toda Lisboa lo tiene. Si pasas frente a ella (algo muy fácil por otro lado), es muy probable que se te vaya la vista hasta su imponente fachada, más bella aún desde que luce blanca, limpia y esplendorosa (algo que hace años no ocurría). Pero es que, de noche, resulta aún mucho más bonita.

Vale que yo tengo predilección por este edificio, pero no creo ser la única que lo tiene. De hecho, en este último viaje que hemos hecho este fin de semana pasado, vinieron una tía y una prima mía, para las dos era su primer viaje a Lisboa. Cuando vieron la Estación del Rossio, sin saber siquiera que se trataba de una estación de tren (porque desde fuera puede parecer cualquier cosa antes que una simple estación) en seguida quedaron encandiladas con su belleza y le sacaron fotos de noche y de día. A su modo, esta estación, no deja de ser ni más ni menos que uno de los símbolos de Lisboa.

Como a todo, también le ha llegado a ella la modernidad, y en su piso bajo, a pie de calle, podemos encontrar un local de la famosa cadena estadounidense Starbucks. Que yo sepa, se trata del único Starbucks en Lisboa ciudad (creo que hay otro en el aeropuerto, pero yo en Lisboa ciudad no conozco ninguno).

Entiendo que en un lugar tan único y céntrico (el corazón de la ciudad) y además con tantísimos viajeros que quieren visitar Sintra y que pasan por esta estación, así como todos los viandantes que pasan por delante, es un lugar perfecto para establecer esta cafetería. Pero a mí, me gusta lo antiguo, lo de toda la vida. Y Lisboa huele y sabe a eso, a tiempo detenido, a lugares de siempre en los que parece que el reloj se ha parado hace mucho, a un viaje a un siglo anterior… Y el Starbucks… echa por tierra todas esas ilusiones vintage, por llamarlas de algún modo.

Ya sabéis, cuando visitéis Lisboa, dejaos embelesar por este edificio, que, calladamente, sabrá enamoraros. Si tenéis además la oportunidad de poder visitarlo en su interior, estoy segura de que os sorprenderá infinitamente, por mucho que os cuenten previamente lo que hay dentro.

Además, Rossio es un cruce de caminos inevitable, un lugar donde hierve la Lisboa más intensa y seguro, seguro, seguro… que terminaréis pasando por delante de esta Estación en vuestra visita a Lisboa, antes o después.

Fotografía: Miguel Almeida Da Silva (Wikipedia)

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