El parque nacional de Doñana es un enclave de excepcional importancia, tanto por su diversidad biológica como por el buen estado de conservación de sus ecosistemas, que conforman una gran variedad de paisajes, desde la marisma hasta las dunas, pasando por bosques y lagunas.
Aunque muchos territorios presumen de su diversidad, ninguno puede hacerlo en Europa con tanta autoridad como el parque nacional de Doñana. 50.720 hectáreas repartidas entre Huelva y Sevilla acogen cientos de especies animales y vegetales en ambientes tan diferentes como la marisma o el bosque, las dunas o las lagunas, unos paisajes cambiantes de una estación a otra, e incluso de la noche al día.
Nada menos que 370 especies de aves frecuentan sus marismas, lagunas y bosques -ningún otro lugar del continente puede alardear de semejante riqueza y variedad ornitológica-, a las que hay que sumar más de 900 especies de plantas vasculares y helechos, 11 especies de anfibios, 23 de reptiles, 26 de mamíferos y 12 murciélagos, sin olvidar la bastante desconocida fauna de invertebrados, ya que en los escasos estudios realizados se han hallado varias especies nuevas para la ciencia entre insectos y arácnidos.
La diversidad también se pone de manifiesto en la variedad de paisajes del parque. Destaca la marisma, que ocupa casi la mitad del territorio protegido. En verano es una inmensa llanura de suelo seco y cuarteado en la que la vida parece imposible, pero en invierno se cubre con una delgada capa de agua a la que acuden 150 especies de aves migratorias que la comparten con otras tantas que viven todo el año en Doñana.
Fuera de la marisma se encuentran los cotos, en los que domina el matorral mediterráneo, y los bosques, fundamentalmente pinares fruto de sucesivas repoblaciones, mientras que los alcornoques, acebuches, sabinas y enebros que antaño ocupaban extensas áreas se reducen en la actualidad a ejemplares aislados o pequeñas manchas.
No obstante, cotos y bosques acogen de forma permanente un buen número de vertebrados, incluidos el águila imperial y el lince ibérico, dos especies en peligro de extinción que tienen en Doñana uno de sus últimos refugios.
La vera es otro de los paisajes característicos de Doñana, de gran importancia ecológica a pesar de su escasa superficie. Recibe agua filtrada por la arena, por lo que está permanentemente húmeda y ofrece alimento y sombra a los grandes hervíboros -ciervos y gamos, sobre todo- en verano, cuando las marismas están secas y las lagunas se reducen.
Contenido de la Guía
Cómo llegar a Doñana
Dada su amplitud, son varias las formas que tenemos para acceder al parque, quizás los puntos más importantes son aquellos que coinciden con los centros de visitantes.
- Centro de Visitantes El Acebuche. El más importante de todos, y en el cual se encuentra también el centro Administrativo del parque, está situado en la carretera que une la población de Matalascañas con el Rocío en el km 2.
- Centro de Visitantes La Rocina. Situado en la aldea del Rocio.
- Centro de Visitantes Fabrica de Hielo, situado en la localidad de Sanlucar de Barrameda.
Por supuesto se puede acceder desde muchas más poblaciones, pero el acceso al parque desde hace unos años está totalmente prohibido a todo tipo de vehículos y personas, tan sólo se puede entrar en él con las empresas y centros autorizados que realizan las visitas. Por ello lo mejor es acudir a uno de estos centros y contratar la visita.
Excursión por Doñana
Si quieres que te cuenten todos estos datos en directo, existe la posibilidad de contratar una excursión guiada por Doñana que te permitirá descubrir todos los secretos del parque.
Estas excursiones se hacen a bordo de una especie de camión 4×4, provistas de un guía y te dan un prismático para una buena observación de las aves y la flora, yo personalmente me llevé mi propios prismáticos, pues eran como bien presuponía de una calidad superior a los facilitados por la organización. El parque es tan grande que aunque la visita dure toda una jornada matinal o bien de tarde, no vais a ver prácticamente nada sobre la totalidad del parque como bien comprobareis, si hacéis una comparativa sobre el mapa de todo el parque, pero bien es cierto, que sí tendréis una primera toma muy interesante y con un gran visionado de animales, ecosistema y flora.
Depende de la época del año y de la hora del día, que hay más o menos fauna, en abril hay miles de aves, en Invierno hay mucha agua, en Agosto está todo seco, por la mañana, se ven más animales y al atardecer, sin embargo en las horas de mayor calor, es más difícil.
Las dunas y la playa
El contraste que supone el brusco paso de la verde vera a la aridez desnuda de la marisma conforma un paisaje vistoso, aunque quizá no tan espectacular como las dunas que avanzan lenta e inexorablemente desde la costa hacia el interior, empujadas por el viento. Al ascender a una de ellas no es difícil imaginar cómo es un desierto de arena, si no fuera porque abajo brilla el verde de las copas de los pinos que ocupan el espacio que queda entre dos dunas, y que están condenados a ser tragadas por la arena, que seguirá adentrándose en el parque y, dentro de unos años, volverá a dejar a la vista sus esqueletos de madera pulida, conocidos como cruces.
Las dunas forman un paisaje en continuo cambio. Sus frentes, paralelos a la playa, ya se han internado cinco kilómetros tierra adentro, a razón de 4 a 6 metros por año, pero en una época de viento intenso -y el pasado verano lo fue, como también lo está siendo el otoño- su velocidad puede multiplicarse hasta por cuatro.
En el límite del terreno ocupado por las dunas se abren varias lagunas de gran belleza, destacando las de Santa Olalla, la Dulce o la del Sopetón. En sus orillas se concentran grupos de ciervos y gamos, caballos y vacas, jabalíes… y en el agua los flamencos rosas buscan incesantemente comida filtrando el limo del fondo con sus picos curvos. Mientras, cientos de aves limícolas recorren los bordes de la laguna, contempladas con indiferencia por garzas y espátulas.
Pero, además, Doñana tiene un verdadero tesoro, un paisaje imposible de ver en cualquier otro lugar de la costa española: su playa, 32 kilómetros de costa virgen, sin edificaciones, bañistas ni embarcaciones.
Sólo algunas personas tienen licencia para extraer coquinas (pequeños bivalvos muy populares y apreciados en la zona) con métodos artesanales.La desierta playa, que se extiende desde la urbanización de Matalascañas hasta la desembocadura del Guadalquivir, que separa el parque de Sanlúcar de Barrameda, acoge grandes bandadas de gaviotas a las que acompañan aves de menor tamaño, como los correlimos.
A lo largo de la playa se levantan torres almenaras, que servían de protección frente a los ataques de los piratas berberiscos. Son las torres Carbonera, Zalabar, San Jacinto… muestras elocuentes de cómo ha ido cambiando la costa a lo largo del tiempo, porque mientras unas siguen cerca del agua, otras se encuentran ya a casi 200 metros del mar.
La acción del hombre
La Doñana que hoy conocemos es bastante diferente a la que existió antaño, cuando su vegetación era la propia de un monte mediterráneo muy bien desarrollado que se mantuvo en bastante buen estado hasta el siglo XVII. Entonces los alcornocales iniciaron una continua e inexorable regresión, pasando de ser el 18% de los árboles del parque al 2% actual.
También entró en retroceso el brezal y posteriormente fueron masivamente talados los enebrales, que por su excelente madera resistente a la pudrición, eran empleados en la construcción de almadrabas para capturar el atún durante sus otrora numerosas migraciones anuales en la misma costa de Doñana.
Precisamente, la destrucción de los bosques de enebro produjo la desestabilización de las dunas, hasta entonces fijadas por sus largas raíces, que se pusieron en movimiento iniciando el avance hacia el interior.
Cambios estacionales
Doñana cambia radicalmente de unas épocas del año a otras. En invierno las marismas se inundan y atraen aves migratorias que huyen del frío europeo, y en primavera cotos, vera y bosques brillan con todas las gamas del verde. Durante el verano, muy seco, el agua desaparece de la marisma, las lagunas se reducen y las aves vuelan en busca de humedales, pero en otoño vuelven las lluvias que reinician el ciclo de la vida en el parque.
Incluso en un mismo día se pueden observar diferencias, sobre todo en verano. El calor hace que los animales se refugien en las sombras cerca del agua mientras el sol castiga un aletargado Doñana, pero es una apariencia que cada día, al ponerse el sol, desmienten los animales: los grandes herbívoros salen a pastar, mientras linces y otros depredadores recorren sus dominios en busca de presas.
Ahora, por el contrario, se trata de evitar cambios que resulten traumáticos para el parque, su fauna y su flora. El objetivo es preservar y mejorar su actual riqueza biológica y paisajística, para lo que se llevan a cabo trabajos como la erradicación de los eucaliptos plantados por los gobiernos de Franco y su sustitución por especies autóctonas, e investigaciones a cargo de los científicos de la Estación Biológica de Doñana.
Posibles rutas
- De Matalascañas a El Rocio, a través de la vía pecuaria que lo atraviesa en diagonal tiene 21km de distancia.
- De Sanlucar de Barrameda a Matalascañas, primero se atraviesa el Guadalquivir en barcaza, para luego proseguir la ruta a través de playa totalmente virgen.
- Surcando el Guadalquivir. desde Sanlucar de Barrameda a bordo del Rey Fernando.
- De la Aldea del Rocio a la aldea del Rocio, por el centro de las marismas.
Esta última es la ruta que yo hice, y por tanto las que os voy a comentar.
Salimos a las 8 de la mañana del centro de Doñana ecuestre, justo en la carretera que une el Rocio con Matalascañas, el precio fue de 25€ por persona, para una duración de 4 horas, tuvimos suerte y como había mucha gente para ese día, en vez de subirnos a un camión 4×4, la hicimos en un todoterreno.
Se atraviesa, la aldea del Rocio, y se coge, el puente del ajolí, puente de madera y a unos cuantos kilómetros, encontramos una verja que da acceso al parque nacional, pues hasta hora estamos en parque natural. Estamos en la zona de bosque, hasta ahora hemos podido ver perdices, ciervos y gamos. Y unas cuantas aves más cuyos nombres ya no recuerdo, pues el guía parecía la espasa calpe de las aves.
Al rato el paisaje empieza a cambiar y pasamos a la vera, seguimos observando a ciervos y gamos con la ayuda de los prismáticos, y poco a poco vamos pasando a la zona de marismas, nos movemos sobre una delgada línea de tierra, rodeada por todas partes de agua. Bonita imagen la de dos caballistas por medio de las marismas en busca de su ganado, vacas y caballos que también podemos observar.
Ya en zona de marismas, vemos cigüeñas, garzas, mochuelos y otra serie de aves, así hasta llegar a un centro del icona, el centro Jose Antonio Valverde, donde podremos observar un audiovisual sobre el parque, una sala de exposiciones, y donde a través de los grandes ventanales y de unos puntos de observación pude ver la colonia de flamencos que había en las proximidades, siendo un espectáculo precioso.
En todo momento el guía estaba completamente atento, para que viéramos todos los animales que había así como no explicaba que era cada planta, cada arbusto, cada árbol, y nos iba dando una detallada y amplia explicación de todo. Además al ir tan sólo cinco personas en el coche, la cosa fue bastante bien.
Doñana a caballo
No podía dejar de mencionar, que una de las grandes ilusiones de mi novia era montar a caballo, pues nunca lo había hecho, así que, que mejor oportunidad, que hacerlo en un paraje tan precioso, contratamos una excursión de 2 horas de duración por un precio de 30€ por persona, por las 2 horas. Lo hicimos por los alrededores del Rocío dentro de una finca, enclavada en el parque natural de Doñana, y la experiencia fue magnifica.
Conclusión
Es un parque realmente precioso e impresionante, con una gran variedad de colores y contrastes y con una gran belleza, la cantidad de agua que hay, no se la puede imaginar uno, y más cuando estamos hablando del sur de Andalucía. La verdad es que si se tiene la oportunidad, se la recomiendo a todo el mundo.
Esto es todo, espero que os haya animado para que si tenéis ocasión visitéis este parque en alguna ocasión.
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