Boca de la Verdad

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Una de las cosas que más me impresionó de Roma junto a la preciosa Fontana Di Trevi, fue la Bocca della Veritá. O lo que es lo mismo, La Boca de la Verdad… el lugar donde mentir es imposible porque esos ojos huecos te observan ansiosos de llevarse una parte de ti… ¡¡ Uhhh !! Que miedo xDD

La primera vez que vi La Bocca della Veritá, fue hace años en la romántica película «Sólo tú», no sé si la habréis visto o recordaréis, interpretada por Marisa Tomei y Robert Downey Jr., aprovecho para recomendárosla. Y desde ese momento me llamó la atención más que nada por la romántica escena de la película en ese mismo sitio.

Así que cuando estuve en La Bocca della Veritá, solamente pude pensar en esa bonita escena de la película… y pensar que a mí en ese momento las cosas del corazón no me iban demasiado bien jeje
A eso me refiero en la desventaja que le he puesto… me pareció en el film, un rincón mágico, especial y mucho más grande y esplendoroso de lo que en realidad bajo mi punto de vista me encontré (Lo que hace una buena iluminación). Suele pasar ¿verdad?

Además Roma no puede presumir de tener unas calurosas y excelentes temperaturas en invierno (como la mayoría de sitios…) y nosotros que fuimos hacía el mes de febrero, hacía frío, el cielo estaba nublado, casi a punto de llover… así que esa luz de la película… ¿Dónde estaba? jejeje. Es un rinconcito oscuro, por lo menos eso me pareció a mí… pero ya va bien porque le da un «no sé que» de misterio que le viene como anillo al dedo.

Fue uno de los sitios de Roma en el que me emocioné por estar… no sé porque. Cuando fuimos, hará cosa de 7 años más o menos, el lugar estaba cuidado, limpio y La Bocca della Veritá como un monumento sagrado grande (aunque en la película parecía mááááás grande) aparentemente intocable pero que afortunadamente todos podíamos ver, tocar, sentir… hacer fotografías. ¡Para eso está! 😉 Y pensar que se trata «solamente» de una piedra… la verdad que no te hace sentir eso, no.

¿Qué se hace? La mayoría lo sabéis. La tradición está en meter vuestra mano en la piedra y que otra persona os haga la fotografía para enseñarla a los amigos y poder decir lo de siempre… «¡Yo he estado ahí!»

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Bueno, pues yo me hice mi fotografía correspondiente. Y tened en cuenta que es de hace 7 años pero quiero volver… ¡Quiero ir a Roma! Volver a ver La Bocca della Veritá, su impresionante Fontana Di Trevi (mi lugar preferido…) Ainsss…

Opino pues, que es una de las visitas imprescindibles en Roma, acercarse hacía este rincón admirado por todos los turistas (entre que íbamos toda la clase, y más turistas por alrededor, había muchísima gente y cola para hacerse foto !! Sí, sí…) es mágico y especial. Quizá no tanto como en las películas… tengamos en cuenta que a lo mejor nuestra escena real en el lugar no es tan idílica pero… es un lugar único como toda Roma e Italia en general. El tacto de la piedra como puedes suponer es fría… al igual que esos ojos que te acechan y esa boca que te intimida… La Historia explicada por nuestro profesor fue, que hace siglos, los presos metían la mano en la boca y si mentían, la boca se la comía… en realidad, había una persona detrás de esa boca que le cortaba la mano siempre dijera lo que dijera, claro xD Así que tiene una historia muy interesante, sabida por muchos, temida por la mayoría y admirada por todos.

Contenido de la Guía

¿Dónde está?

No es difícil perderse por Roma, la verdad… muchas de sus calles a mí me parecían idénticas, claro está que no me hagáis mucho caso porque al sentido de la orientación y a mí todavía no nos han presentado…

Deciros que la escultura se encuentra en la entrada de una iglesia, en la «Plaza de la Bocca de la Veritá». Se trata de la Iglesia de Santa María de Cosmedín (una iglesia, todo hay que decirlo, cuyo mayor atractivo es la escultura de mármol, puesto que el interior de la iglesia es bastante sencillito, en comparación con otras muchas iglesias de la ciudad……y así como el interior, también es bastante sencillito el exterior, se trata de una iglesia pequeñita).

Para llegar a la Plaza de la Bocca de la Veritá, nosotros nos dirigimos desde «Via Dei Cerchi» (la calle del circo), que es la avenida que queda lateral al Circo Massimo (entre éste y la zona del Palatino). Sólo se ha de seguir la calle hacia abajo, y ésta desemboca en la citada plaza, dónde podremos visitar la escultura.
Como veis, si vais a ir a Roma, lo mejor es ir a ver la escultura, cuando vayamos a ver el Foro, el Palatino y el Coliseo, ya que se encuentra en la misma zona. Eso si vais andando tras visitar dichos rincones romanos, pero también, si vais a ir directamente a ver la escultura, podéis coger el metro y os bajáis en la parada de Circo Massimo, y de ahí ya vais a la plaza, que queda al lado

Aunque nosotros fuimos caminando (típica ruta escolar supongo) y llegamos al sitio sin conocimiento de causa (sí los profesores que eran los que nos guiaban, claro) los autobuses que se pueden coger para llegar son el 23, 44, 95, 16O, 628 y 716. Supongo que está información puede irle bien a alguien.

Y todo por supuesto es gratuito, por lo menos lo fue para nosotros, no sé si el asunto habrá cambiado o no, espero que no… No entramos en la Iglesia (no me preguntéis porque) pero observar la Bocca della Veritá durante cierto tiempo y fotografiarnos con ella no nos costó ni un euro.

Mi experiencia

Una vez ya estamos en la plaza, ya nos encontramos con la iglesia en uno de los laterales. Al principio, quizá cuesta un poco divisarla, por aquello de que no está muy bien señalizado (tan sólo encontramos un cartelito con el nombre de la plaza, hasta que en una de estas, nos topamos con la escultura en las narices, y nunca mejor dicho). Como he dicho por arriba, la escultura se encuentra a la entrada de la Iglesia (la cual está protegida con una vaya de hierro), y es ahí donde se forma una especie de cola. Tienes la opción de hacer la cola, para poder ver la figura más de cerca, o bien entrar a la iglesia y verla desde el interior. Lógicamente, ya que vais, lo mejor es hacer la cola, y así os podéis hacer la foto (y es que, más que nada, la gente que hacía la cola, a medida que avanzaba, iba saliendo e iba haciéndose la foto con la escultura, para después meterse en la iglesia y salir por el lado contrario, dónde nos encontraremos con una especie de tienda de recuerdos).

Lo bueno de la cola es que avanza bastante rápido, ya que la gente se hace la foto y se va (nosotros hicimos igual, pero también aprovechamos el tiempo que estuvimos en la cola, para ver cada uno de los detalles de la gran máscara de mármol). En uno de los laterales, mientras hacemos la cola, hay un vendedor con recuerdos de la visita (imanes, pines, llaveros, postales……todos, claro está, de la máscara………una figurita de la máscara, del tamaño de una pelota de golf, la vendía por 3 euros………la verdad es que, para ser un sitio tan turístico, el precio no era nada desorbitado).

Y llegó el momento…….por fin llegó nuestro turno, y nos retratamos con la escultura. Y hasta la tocamos (mejor dicho, la rozamos ,jeje). Respecto a esto último, he de deciros que delante de la escultura hay una especie de cadena, para impedir que la gente se acercara (y tocara) la máscara, ya que después de años y años exhibiéndose, no es que se encuentre en sus mejores condiciones. Pero vamos, la cadena no servía para nada, ya que todo el mundo se acercaba, se ponía en un lateral y metía la mano. Nosotros lo que hicimos, más que tocarla, fue meter la mano, intentando no tocar la escultura (que queréis que os diga, si todo el mundo que va mete la mano y la toca sin ningún miramiento, al final se va a terminar estropeando…..y ese no es plan). Y la foto sale igual de bien, la mano dentro, pero sin tocar (o por lo menos tocar lo mínimo).

Os diré que estar al lado de aquella gran máscara es una sensación inexplicable. Después de todas las leyendas que habíamos oído, de que a los que mentían se les quedaba la mano atrapada, y muchas otras, la magia de la visita no hizo más que multiplicarse. La escultura, de mármol, es antiquísima (está datada en el siglo I) y representa la cara de un hombre con barba, dejando un hueco en los dos ojos, la nariz, y por supuesto, la boca. Está perfectamente detallada, y bastante bien conservada (aunque ya digo que convendría cuidarla un poco más y no permitir que se toque tanto).

Tras hacernos la foto, entramos a la iglesia, y salimos por la otra puerta, dónde antes de salir, nos topamos con una «gran» tienda de recuerdos (en la que también se vendían recuerdos de otras partes de Roma, como del Coliseo o del Vaticano).

Sin duda, recomiendo la visita, ya que contarlo, no es lo mismo que estar allí……..imposible plasmar todas las sensaciones, y más en una ciudad tan histórica como es Roma. Además, la foto con la Boca de la Verdad, va a ser uno de los recuerdos más bonitos que os podéis llevar de Roma.

Es sin duda, uno de los atractivos de Roma, que repito… su visita es imprescindible y obligatoria. Es un lugar ciertamente interesante que merece la pena visitar, fotografiar y sobre todo… recordar ; )

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