Con mi visita al Castillo de Vincennes pude comprobar la importancia que tiene la promoción turística en una ciudad, y es que parece que de París siempre nos venden lo mismo aunque haya elementos como este Castillo igual de merecedores de espacio en los folletos de promoción; pero cuando algo funciona bien, para qué cambiar, ¿verdad?.
Bueno, pues el Castillo de Vincennes está situado a las afueras de París, concretamente muy cerca del acuario, con lo cual no hay pérdida posible, de hecho, hay una parada de metro que os deja directamente en una de las puertas de acceso al recinto del Castillo.
La visita desde mi punto de vista es totalmente recomendable, y es que si por algo brilla Francia además de por París y otros lugares del norte, es por sus castillos, así que para aquellos que como yo, no tengan tiempo de visitar los de la región de Loira, este no es un mal castillo para comenzar.
Evidentemente no es un castillo de los que nos dejarán boquiabiertos sino uno de los que tienen una historia interesante por detrás, tanta como para saber que fue mandado construir para el hospedaje de los Reyes que se desplazaban hasta aquí para dedicarse a la caza, y es que aunque una vez allí resulte difícil imaginar que alrededor había un bosque enorme, pues resulta que sí que lo había y formaba de hecho un coto real de caza.
Lo que encontraremos allí será una muralla rodeando la propiedad completa, que además del propio castillo comprende una Iglesia gótica impresionante, y una torre. Todo ello está en período de restauración, sobre todo debido a una fuerte tormenta con tromba de agua y granizo incluida que dañó gravemente la Iglesia, y supone ser el motivo por el que está cerrada al público de cara a mantener la seguridad de los visitantes.
El castillo se puede visitar casi en su totalidad, a mi me recordaba bastante a Butrón en Bizkaia por el tema de vagar a tu aire por sus salones, aunque he de decir a su favor que encontramos a una especie de guía del mismo, o más bien un cuidador que hablaba español y nos narró la historia del castillo como pudo, además de darnos algunos datos bastante curiosos sobre el interior del mismo, detalles de construcción, decoración de las estancias, etc.
Para mi fue una de las sorpresas durante nuestras vacaciones en París, ya que no habíamos oído antes hablar de este castillo y sin embargo, nos pareció totalmente recomendable su visita por el fantástico trabajo de rehabilitación que están acometiendo en él. Del precio no puedo indicar nada porque nosotros nos acercamos motivados por el pase PARIS MUSEUM PASS, que incluía su visita como gratuita una vez abonado el pase, pero si os interesan este tipo de edificaciones yo no me lo perdería.
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