Museo del Louvre

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Después de unos días sin escribir nada vuelvo a la carga con las opiniones que aún tengo pendientes sobre mis vacaciones y lo hago, nada más y nada menos, que para hablaros del museo del Louvre.

Cómo llegar

Llegar al Louvre es muy fácil porque está perfectamente comunicado. Podeis hacerlo en metro, andando, en coche o en autobús. Para llegar en el metro hay dos paradas posibles: la de palais royal – musée du Louvre y la de Louvre – Rivoli. Tan válida la una como la otra.

Para ir andando es un bonito paseo sobre todo si cogéis la línea recta de la plaza de la concordia, las tullerias, el Louvre. Sobre todo el paseo por el jardín de las tullerias es muy bonito.

En cuanto a ir en coche hay aparcamientos subterráneos cerca del museo así que el aparcar no es un problema. Y en cuanto al autobús paran frente al Louvre los números 21, 24, 27, 39, 48, 68, 69, 72, 81 y 95.

Horarios y precios

El museo abre de 9 de la mañana a las 6 de la tarde todos los días excepto los martes y los días festivos y abre hasta las 10 de la noche los miércoles y viernes.

El precio de la entrada al museo es de 9 euros. Aunque para los menores de 18 años es gratis y para aquellos que estamos entre los 18 y los 25 también.

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Historia

El museo del Louvre está consagrado al arte anterior al impresionismo tanto en bellas artes como en arqueología y artes decorativas. Es considerado el museo más importante del mundo sobre todo por las colecciones que alberga.

Sus colecciones son resultado del esfuerzo histórico debido tanto a los reyes, a su afán por coleccionar obras de arte, como por el esfuerzo de los hombres de la Ilustración y la desamortización de la Revolución francesa. El museo fue abierto en el año 1793 con el traspaso de varias colecciones privadas.

El edificio donde está ubicado el museo es el viejo castillo del Louvre convertido luego en palacio real. Su origen data del siglo XII y fue ampliado durante el renacimiento, principalmente, aunque con posterioridad también sufrió alguna ampliación.

En el siglo XVIII se instalaron en el Louvre la Academia Francesa, primero, y el resto de academias después, debido a que el palacio estaba vacío pues tras la construcción del palacio de Versalles, los reyes se trasladaron a vivir allí, quedando el Louvre “abandonado”.

Después de la Revolución francesa el Palacio del Louvre fue destinado a funciones artísticas y científicas. Parte del Louvre se abrió al público por primera vez como museo el 8 de noviembre de 1793.

El edificio del Louvre estuvo unido al palacio de las Tullerías formando todo un conjunto hasta el año 1870, año en que el palacio de las Tullerías fue destruido. El museo del Louvre fue modernizado en la década de los 80, momento en el cual se instala la tan famosa pirámide de cristal del Louvre.

A pesar de esa modernización había varios sectores del museo que seguían ocupados por organismos públicos y que tan sólo recientemente han sido desalojados para adaptar las salas a la exposición.

Qué ver en el Museo del Louvre

Creo que esa es la pregunta sobre el Louvre ¿qué se puede ver allí dentro? Pues todos sabemos que es un museo enorme en el que están muchas de las reliquias extraídas de las pirámides egipcias o que allí está la mona lisa, pero creo que hasta que no estás allí y realmente lo ves todo no te das cuenta de la cantidad tan grande de obras de arte que hay dentro de un mismo edificio.

Precisamente por eso es imprescindible coger un folleto informativo en la recepción. Si en cualquier exposición es importante siempre coger estos folletos en el Louvre lo es más porque sin él, sin ese mapa que te trae, me parece imposible aclararse allí dentro con la cantidad de salas que hay. Además, debido a la gran afluencia de gente los hay si no en todos los idiomas en casi todos.

Lo más recomendable, creo yo, es entrar por la pirámide, pues es la entrada principal y una vez en el entresuelo con tu entrada y tu mapa en la mano ya puedes distribuir tu tiempo y ver lo que te interese.

Digo que me parece lo más recomendable porque de esta manera podemos empezar por el entresuelo e ir subiendo, viendo lo que nos apetezca, hasta el segundo piso. Es una forma fácil y sencilla de organizarse y con lo grande que es el Louvre como no te organices ¡mal lo llevas!

En cuanto a las colecciones permanentes tienen diez colecciones distribuidas entre las cuatro plantas que tiene el museo, además de las colecciones temporales. Las colecciones permanentes son:

  • Antigüedades orientales: aquí encontramos obras referentes a las civilizaciones del Próximo Oriente antiguo que se remonta a 7000 años a.C Con obras y objetos procedentes de Mesopotamia, Irán y los países del Levante.
  • Antigüedades egipcias: esta colección ilustra el arte del antiguo Egipto siguiendo un doble circuito: cronológico por un lado desde los orígenes de Cleopatra y temático por otro destacando algunos aspectos de la civilización egipcia. Además, hay dos secciones más, una dedicada al Egipto copto y otra al Egipto romano.
  • Antigüedades griegas, etruscas y romanas: como su propio nombre indica esta colección está dedicada a las civilizaciones griega, etrusca y romana. Así encontramos un recorrido cronológico entre mármoles que reúne obras del III milenio a.C. al siglo VI d.C. Además tiene objetos de plata, cristal, figuras, jarrones, etc.
  • Pinturas: esta colección cubre la historia de la pintura europea desde la mitad del siglo XIII hasta la mitad del siglo XIX y está repartida en tres grupos: la escuela francesa, las escuelas italiana y española y las escuelas del norte de Europa.
  • Esculturas: aquí se presenta la escultura europea desde la Alta Edad Media hasta mediados del siglo XIX.
  • Objetos de arte: aquí encontramos objetos de todas las épocas desde la Edad Media al Renacimiento, artes decorativas de los siglos XVII y XVIII, joyas de la Corona, objetos y muebles del siglo XIX, los aposentos de Napoleón III, etc.
  • Artes del Islam: aquí hay obras que provienen de diferentes países del Mediterráneo, Irán, Asia Central y la India, que componen las tierras del Islam. Actualmente, esta colección está cerrada al público.
  • Artes gráficas: a esta colección solo se puede acceder bajo petición previa.
  • Historia del Louvre y Louvre medieval: esta colección está compuesta por dos salas y un recorrido arqueológico por la historia arquitectónica del palacio.
  • Artes de África, Asia, Oceanía y América

Como veis que ver hay bastante por eso es importante ir con tiempo suficiente para verlo todo, un día entero por lo menos o bien estar dispuesto a sacrificar algunas cosas, que fue lo que nosotros hicimos.

Desde el entresuelo tenemos tres posibles accesos a las colecciones: Richelieu, Sully y Denon. Una vez elegimos por donde empezar ya podemos pasar a las salas e ir viendo a nuestra conveniencia. Tengo que decir, que además del folleto informativo que se puede coger a la entrada, en todas las salas hay flechas indicando hacia donde nos dirigimos y dentro de las salas de una misma colección tenemos el número de la sala porque en el folleto nos viene un mapa detallando en que lugar está cada colección e indicando el número de las salas. Todo ello, si nos tomamos unos minutos para organizarnos, hace que la visita al museo sea mucho más amena, pues de esa forma en todo momento sabes hacia donde te diriges y no tienes porqué perderte ni porqué andar dando vueltas.

Como os decía antes el museo está compuesto por cuatro plantas: el entresuelo, la planta baja, la primera y la segunda planta. Pues bien, en el entresuelo podemos ver salas pertenecientes a las artes del Islam, esculturas, antigüedades egipcias, antigüedades griegas, etruscas y romanas, historia del Louvre y Louvre medieval y una sala de exposiciones temporales.

En la planta baja encontramos esculturas, antigüedades orientales, antigüedades egipcias, antigüedades griegas, etruscas y romanas y el arte de África, Asia, Oceanía y América. En la primera planta tenemos objetos de arte, antigüedades egipcias, antigüedades griegas, pinturas, artes gráficas y una sala de exposiciones temporales.

La segunda planta, en su mayoría, está dedicada a la pintura así encontramos pinturas francesas, alemanas, flamencas y holandesas, germánicas, belgas, rusas, suizas y escandinavas, además de una sala perteneciente a la colección artes gráficas y una sala de exposiciones temporales.

Como veis las colecciones están divididas dentro de las diferentes plantas del museo, pero gracias al plano y a las indicaciones que hay dentro del museo no hay pérdida ninguna, además aun estando divididas dentro de varias plantas como están no hay porqué andar subiendo y bajando de planta para ver primero una colección entera y luego otra pues en una planta hay, por ejemplo, esculturas de esa colección y en la otra objetos de esa misma colección y en la misma planta donde están las esculturas de todas las colecciones o de la mayoría al menos, por lo que no hay pérdida.

Opinión personal

Museo del Louvre

Creo que lo primero que tengo que decir y lo más importante respecto al Louvre es que me encantó, me pasaría miles de horas de mi vida perdida entre los millones de obras de arte que contiene. Sin embargo, no me fue posible perderme allí dentro. Ya se sabe que cuando estás de vacaciones te tienes que ajustar al tiempo que tienes y dividirlo entre lo más importante o lo que más deseas ver y eso fue, precisamente, lo que me sucedió a mí con el Louvre.

En principio, nuestra idea era ver el Louvre el primer día que estuvimos en París. Empezaríamos por la mañana con la visita al arco del triunfo, para bajar luego a la torre Eiffel y continuar de allí a la plaza de la Concordia, las Tullerias y acabar el día en el Louvre. Sin embargo, la pateada de la torre Eiffel nos quitó por completo la idea de visitar el Louvre ese día, el cansancio y los pies de mi chico no lo hacían muy aconsejable. Así que lo dejamos para la mañana siguiente y tengo que decir que ¡menos mal! Porque si en una mañana no lo vimos completo dudo mucho que en una tarde, reventaos ya de tanto andar como estábamos, lo hubiéramos visto.

Por eso el principal consejo que tengo que daros si vais a ver el Louvre es que vayáis con tiempo, con todo el tiempo que podáis, pues francamente tengo dudas de si en un día entero será posible verlo todo.

Aún así tengo que decir que en una mañana “lo principal” lo vimos, aunque eso de lo principal es relativo, ahí depende mucho el gusto de cada persona. En nuestro caso, de las pinturas pasamos directamente. De hecho, a la segunda planta ni siquiera subimos. Ninguno de los dos somos entendidos en pintura, ni nos gusta tampoco, con lo cual por decir que fuimos a ver la Gioconda.

Sobre la Gioconda precisamente tengo que decir que me decepcionó bastante. La verdad es que no tuve tiempo de apreciar el cuadro como es debido, no tanto porque no me diera tiempo debido a nuestra agenda, sino por la cantidad de gente que había. Durante todo el recorrido por el museo nos encontramos gente, pero no tanta como para estorbarte. Menos en la sala donde estaba la Gioconda. Allí había tantísima gente que un buen cacho antes de llegar ya sabías que allí había algo importante del murmullo de gente que había y una vez allí nos tuvimos que abrir paso para llegar a primera fila y poder verla y como me estaban empujando apenas estuve un minuto contemplándola.

Y aún así digo que me decepcionó y lo hizo porque yo me esperaba un cuadro grande, un retrato grande en el que apreciar a la mona lisa y su enigmática sonrisa. No voy a entrar en los matices de su sonrisa porque, como digo, apenas la pude contemplar como es debido, pero en lugar de un gran cuadro, en cuanto a tamaño se refiere, me encontré con un cuadro más bien pequeño y recuerdo que salimos de la sala comentando «¿tanta fama para ver un cuadro normal y corriente?»

Desde luego, es un comentario que no hace justicia a su fama ni a su importancia, pero no sé si es debido a que no soy una entendida en pintura o quizás a que no puede ver el cuadro con la calma que se merece, pero me decepcionó bastante.

En cuanto al resto del museo me quedo con la parte de Egipto y la Grecia antigua. Desde siempre han sido dos civilizaciones que me han atraído mucho. La mitología griega me subyuga directamente y Egipto… me encanta. Aún no lo he visitado, es de esos viajes que tengo pendientes, pero es una civilización que me atrae mucho. De hecho, tengo dos opiniones sobre libros referentes a Egipto pendientes de escribir xD

Quizás porque la civilización griega la conozco más y la tengo más estudiada sin duda ninguna me quedo con la parte de Egipto, ver la escultura de Tutankamón o los paneles cubiertos de jeroglíficos… para mí es algo que no se paga con nada.

El resto del museo (lo referente a la Roma clásica, el renacimiento, etc.) quizás por la cercanía en el tiempo o porque es algo que estudié o porque vas a cualquier museo y tienen cosas de esas épocas no impacta tanto. Egipto es más desconocido y precisamente por eso más mágico.

Personalmente no conocía nada del arte de Irán o de Etruria, pero tampoco me atrajeron demasiado. Alguna pieza concreta si, pero nada más. Gracias al folleto del que os hablaba antes no tuvimos ninguna pérdida dentro del museo, aunque, entre nosotros sí que nos perdimos y varias veces, además.

Conclusión

Es evidentemente que ir a París y no visitar el museo del Louvre es pecado, pero también es evidente que para hacerlo hay que tener tiempo. Nosotros en una mañana nos dejamos cosas por ver, principalmente la parte referente a la pintura porque a ninguno de los dos nos gusta mucho, pero también hubo otras cosas por ahí que por no parecernos muy importantes o no llamarnos mucho la atención no las vimos.

Aún así tengo que reconocer que me fui del Louvre con la sensación de que me había quedado mucho por ver. Me demoré demasiado en la parte de Grecia y Egipto y el resto lo ví un poco más aprisa, pero me hubiera gustado dedicarle más tiempo y ver incluso la parte de la pintura, aunque no me llame tanto la atención como el resto. Por eso, sé que si algún día vuelvo a París reservaré un día entero para perderme entre sus miles de obras de arte.

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