Jardín de Aclimatación

En pleno corazón del parisino Bois de Boulogne hay un lugar mágico para los niños. Es el Jardín d’Acclimatation.

Concebido inicialmente como un zoológico y un jardín botánico para albergar especies exóticas fue inaugurado en 1860 por Napoleón III, y constituyó todo un acontecimiento al mostrar animales nunca vistos en Francia como las jirafas, elefantes, canguros, camellos…

Durante la guerra contra Prusia de 1870 que trajo como consecuencia una gran hambruna en la ciudad estos animales fueron sacrificados para dar de comer a la gente y el jardín fue devastado.

A partir de principios del siglo XX se recupero para la ciudad como un espacio de ocio familiar, en la actualidad la concesión es explotada por una sociedad perteneciente al grupo LVHM (Louis Vuitton, Möet Chandon, Dior, etc. ) y es uno de los sitios preferidos de los parisinos para llevar a sus retoños. Ocupa 19 hectáreas de terreno y, la verdad, es que es un sitio precioso para alejar un poco a los niños del ajetreo de París.

Cómo llegar

Cómo digo está en el Bois de Boulogne, no tiene aparcamiento aunque no es difícil dejar el coche en los alrededores.

Desde Porte Maillot en París, sale un trenecito, de esos turísticos que te lleva hasta el jardín atravesando el Bois e incluso te da una vueltecita dentro, el precio por pasajero es de 2,70 €.

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Y en metro es la estación de Les Sablons.

Lo que yo he visto

Estuve allí la semana pasada toda la tarde y comento lo que he visto que no es todo porque es enorme y al ser otoño había varías áreas cerradas que sólo abren durante el periodo estival.

• La Rivière enchantée (El río encantado ): A través unos canales te dan una vuelta en una barquita con capacidad para seis personas y vas viendo las especies vegetales y animales del río y un molino de agua. Dura unos diez minutos y no tiene ningún peligro ni siquiera para los más pequeños.
• Le Village des Manêges : Es como un pequeño parque de atracciones, son unas veinte y la mayoría son para los pequeños aunque hay alguna para adultos, nada de emociones fuertes, no esperarse tipo Port Aventura, son más bien máquinas antiguas y tradicionales, muy bien conservadas y algunas preciosas como el carrusel. El precio de cada atracción es 2,70 aunque se pueden sacar bonos de quince y sale algo más barato.
• La Petite Ferme ( La Granjita): Se recrea una granja tradicional francesa con todos los animales propios como vacas, gallinas, conejos, cerdos, patos, pavos… Es atravesada por un riachuelo y hay varios puentes de madera. Un sitio encantador.
• Le Potager (La huerta): Pues eso, tomates, lechugas, cebollas, ajos, todo tipo de verduras y hortalizas, supongo que para los niños parisinos será algo muy exótico, nosotros como somos asturianos, pues no nos llamó mucho la atención, la verdad…
• El gran lago con los barcos teledirigidos: Es un lago artificial bastante grande y muy bien decorado con una especie de miniembarcaderos donde los niños disponen de mandos para pilotar unos barquitos, en otoño estaba cerrado pero me imagino que cuando lo abran debe de haber tortas entre los peques para echarse unas carreras de barcos. El lago está lleno de patos y de especies vegetales como bambúes, nenúfares, y un pequeño teatro chino en un extremo.
• Las áreas de juego para pequeños y grandes: Aquí hay espacios para todas las edades, desde que empiezan a andar y es realmente divertido incluso para los padres, doy fé, está estupendo para disfrutar con los niños, toboganes gigantes, tirolinas, trampolines, estructuras gigantes de cuerdas para trepar, rocódromo, túneles…. Es enorme.
• La Pataugeoire: Cuando fuimos estaba cerrado, solo se utiliza en verano pues es una especie de piscina grande de poca profundidad, calculo que tendrá unos diez cm. de agua con unos surtidores en el centro para regar a los niños, imprescindible el traje de baño, claro, hay casetas para cambiarse y arena alrededor. En verano con los calores que hace allí me imagino que estará hasta los topes.
• El teatro chino: Se hace teatro para niños y sobre todo representaciones de marionetas.
• El club hípico: Los mayores se pueden dar una vuelta en caballo y los pequeños un paseíto en pony, con monitores. Todo muy bien organizado.
• El mini gofl para todos los públicos, aunque también hay terrenos de golf restringidos sólo paras los socios y donde se imparten cursillos de iniciación para los niños.
• Los animales salvajes: Que yo haya visto, hay dos osos pardos en un foso bastante grande que por lo visto ya nacieron aquí, se llaman Gaspard y Victorine, y se estaban echando la siesta así que casi no les vimos el pelo, de todas formas, los animales en cautividad no son muy de mi agrado así que…. También había varias llamas.
• Talleres para niños: Pintura, teatro, magia, cocina, jardinería… Esto para ir con tiempo sí que está fenomenal, hay que reservar y a los canijos les encanta, son grupos pequeños y sólo funcionan los fines de semana.
• La Grande Volière (La pajarería): Lo más bonito de esto son las estructuras que albergan a los pájaros, todas ellas de principios de siglo, muy vistosos.

Evidentemente todo está rodeado de jardines preciosos, árboles y praderas muy bien cuidados y diseñado con mucho gusto.

Para comer y beber

Distribuidos por todo el parque hay pequeños puestos de comida y bebida, desde los típicos perritos calientes, hasta crepes calientes y fríos, chocolate, cafés… Me llamó la atención porque también tenían repostería francesa y cosas típicas que no sueles encontrar en otros parques. Muy rico pero cierran muy pronto. También hay áreas con mesas y bancos para si alguien quiere picniquer, como ellos dicen.

Lo práctico

En verano abre de 10 a 19 horas y en invierno cierra una hora antes. Está abierto todos los días del año, y la entrada cuesta 2,70 € por persona, aunque los niños y los mayores de 65 pagan algo menos.

En resumen

Que al que le sobre algo de tiempo en París y/o tenga niños a los que quiera entretener en algo diferente a Disney es un sitio maravilloso más de esta ciudad y uno de esos parques tradicionales que te transportan al pasado.