Palacio de Versalles

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En mi primera visita a París, nos animamos y en el RER, una especie de tren de cercanías, nos acercamos al palacio.

El Palacio de Versalles se encuentra al suroeste de París, en la ciudad de Versalles. Versalles pertenece a la región de Ile de France, pero no es parte de París, mas bien es parte del área metropolitana de la Ciudad de la Luz.

Hay tres maneras de visitar el Chateau de Versailles:

  1. De forma individual, es decir, compras tu entrada y visitas por tu cuenta: la Sala de los Espejos, los Jardines, el museo de Histórico, las Dependencias de la Reina, el Gran Trianón y el Pequeño Trianón.
  2. Con audioguía. Disponible en 8 idiomas: francés, inglés, alemán, español, italiano, japonés, ruso y chino)
  3. Visita en grupo, que te permite ver estancias que no pueden ver los que hacen la visita por su cuenta.

Cómo llegar

Existen 4 opciones de transporte para llegar al Palacio de Versalles desde París: RER, autobús público, taxi o auto.

Para llegar en RER, tendrás que usar la línea C y bajarte en la estación Versailles – Rive Gauche, el viaje es de aproximadamente 30 minutos. Toma en cuenta que la línea C del RER tiene varias terminaciones, asegúrate que el tren que tomes vaya en dirección a Versailles – Rive Gauche. Yo fuí así y está genial, el precio del billete es de 3 euros y te deja a 5 minutos del palacio.

Si vas a llegar en autobús, toma la línea 171 y bájate en Chateau de Versailles, a unos cuantos pasos de la entrada del Palacio.

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Si tienes un coche, puedes llegar al Palacio de Versalles tomando la autopista A13 en dirección a Rouen, después toma la salida Versailles-Château. Existe un estacionamiento en place d’Armes, a unos pasos de la entrada al Palacio.

Por último, puedes tomar un taxi, el cual te cobrará aproximadamente 30€ hasta París. No es la opción mas recomendable aunque si una bastante cómoda.

Un poco de historia

Jardines de Versalles

Por fin, conseguimos entrar, y sólo puedo deciros una palabra: IMPRESIONANTE, sí en mayúsculas. Por algo hace treinta años fue declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad, y costituye una de las edificaciones más bonitas del arte francés del siglo XVII.

Versalles, fue construido en la época en la que la realeza francesa estaba en la culminación de su poder y Luis XIV, gastó en el castillo y sus imponentes jardines, con sus palacetes, gran parte de la hacienda del estado.

Allí vivió temporalmente la totalidad de la corte, unas 20.000 personas. Con ello la monarquía francesa quería demostrar, que en aquel momento, se encontraba en la culminación de su poder, aunque en su inicio fue un palacete de armas, que fue ampliándose.

¿Qué edificios componen el conjunto arquitectónico?

Edificio en Versalles

El principal es el propio Palacio de Versalles. Alrededor del palacio se hallan otras pequeñas construcciones como las caballerizas, el Gran Trianón y el Pequeño Trianón, los pabellones de Marly, el invernadero de los Naranjos (Orangerie), etc.

Todas son obras realizadas durante el reinado del Rey Sol a excepción del Pequeño Trianón que fue encargado por Luis XV. Este palacete rompe con la arquitectura del lugar al ser de estilo neoclásico, mucho más sobrio. La obra fue realizada por Anges-Jacques Gabriel en 1763.

Qué ver en el Palacio de Versalles

Dentro del Palacio de Versalles, podemos visitar un montón de sitios, aunque los más conocidos y los que fuimos a ver son: La Sala de los espejos, La casa de ópera y la capilla real. En las afueras, también podemos visitar los jardines.

La Sala de los Espejos es la más conocida y la que más me gustó. Es una sala bastante grande y en ella, además de espejos (de ahí su nombre) también vamos a encontrar en el techo un montón de pinturas que indican todas las aventuras que vivió Luis. En la sala de los espejos, nació la creencia de que si rompemos un espejos, vamos a tener 7 años de mala suerte y es que era eso, lo que se decia que les iban a pasar a los sirvientes que tenía Luis si rompían un espejo.

La Capilla Real, en el que como el mismo nombre indica, es una pequeña capilla en la que Luis escucha misa a diario. Dentro de la capilla, vamos a encontrar un montón de detalles arquitectónicos y esculturas tanto góticas como barrocas. La verdad es que es bastante impresionante, para ser una simple capilla, pero tiene una calidad muy buena.

La Casa de la Ópera también es una de las partes del palacio de Versalles más conocidos, porque aunque antiguamente no se utilizaba demasiado, actualmente se utiliza para un montón de conciertos y óperas. Es una sala muy grande, que tiene asientos para un montón de personas y desde ahí, la calidad de sonido era increíble.

Fuente del Palacio de Versalles

La zona exterior del Palacio de Versalles también es impresionante y es que podemos encontrar un montón de jardines, impresionantes y muy bien cuidados. En ellos, Luis plantaba un montón de naranjos, y es que era el único que en París podía tener naranjos.

Entre los jardines, también vamos a encontrar el gran canal, que es un lago artificial bastante grande e incluso, tenemos la posibilidad de alquilar una pequeña barquita para pasearnos a lo largo del lago. En él, también vamos a encontrar un montón de patos, que harán, que la imagen del lago aún sea bastante bonita.

La visita a Versalles necesita todo un día para poder recorrerlo con calma y poder disfrutar de los paseos por los jardines.

Aquí os quiero remarcar las cuatro cositas que no os debéis perder si visitáis Versalles:

  • Galería de los espejos: La sala más famosa del palacio. Se diseñó como salón para recepciones y fiestas.
  • Jardines: Con parterres, pequeñas lagunas y palacetes. Están abiertos todo el año, pero los horarios cambian.
  • Salón de Apolo: Antigua sala del Trono. El techo está decorado con la pintura «El carro de Apolo».
  • El Gran Canal: Tiene más de un kilómetro de largo y puede navegarse. Está atravesado por el Petit Canal.

¿Cómo es el interior del Palacio de Versalles?

Interior del palacio de Versalles

El interior del palacio es una interminable sucesión de salones ricamente decorados. El dorado es el color predominante, recordándonos a cada paso quién fue su promotor. En la decoración alternan tapices, cuadros, espejos, mármoles de colores y los ya recurrentes bronces dorados.

La Galería de los Espejos es el salón más impactante del recorrido. La grandiosidad de la galería es patente en primer lugar por su tamaño, 73 metros de longitud, 10,5 metros de ancho y 12,3 metros de alto. Luego está la luminosidad que le confieren sus 17 ventanales, que dan a los Jardines obra de Le Note, y en contraposición a ellos nos encontramos el mismo número de arcos recubiertos de espejos que reflejan la fastuosidad y narcisismo del reinado del Rey Sol.

Salón del Palacio de Versalles

Impresionantes lámparas de cristal cuelgan del techo en forma de bóveda de cañón, pintada por Charles Le Brun formando el mayor conjunto pictórico de Francia y uno de los mayores que se conservan en el mundo. La galería está decorada con mármoles rojos, capiteles y basas (parte inferior de la columna) de bronce dorada.

En el ala norte del palacio existen numerosas dependencias destacando la Ópera, una impresionante sala de espectáculos ricamente decorada, y la Capilla Palatina, de nave única y dos pisos. El superior situado al mismo nivel que las estancias reales, para uso del rey y su séquito más cercano, y el inferior para los cortesanos.

Interior del palacio de Versalles

Tanto la Capilla como la Ópera se utilizan hoy en día para visitas-conferencias, misas, conciertos y óperas.

Otras dependencias del palacio son Las Grandes Estancias del Rey, de la Reina, el Gabinete (zona de recreo y reposo de los soberanos), Las Pequeñas Estancias, La Cámara de Reina. A destacar en la habitación del rey su cama con dosel, rodeada de tapices.

¿Qué visitar a continuación?

Fachada del Palacio de Versalles

Después de tanta fastuosidad, a la salida del recorrido nos encontramos en una amplia terraza desde donde se domina toda la superficie. Los jardines, fuentes, caminos y avenidas están dispuestos en terrazas en niveles inferiores.

Desde el palacio, al quedar situado en lo alto de una colina, se tiene una vista perfecta de todo el conjunto, que se pierde en el infinito. Al fondo, el Gran Canal de estilo veneciano, sirve de instrumento de división (23 hectáreas de estanque), dando mayor profundidad. Allí el Rey Sol se recreaba reproduciendo batallas navales.

Una amplia escalinata nos conduce a un nivel inferior donde se encuentra la fuente del Carro Solar, que representa a Apolo en el momento de salir del océano, conduciendo su carro para iluminar a la tierra, en clara alegoría al rey Luis XIV.

Vista de los jardines de Versalles

Escalinatas, plazoletas, avenidas, fuentes, estanques y esculturas rodean el palacio. A medida que nos alejamos se va dejando mayor libertad al paisaje, hasta llegar a la naturaleza en estado salvaje.

El trazado general del jardín es geométrico, ordenado a partir de un eje central con ejes secundarios. En las intersecciones nos encontramos con estanques o fuentes. Las avenidas se van dividiendo en paseos y estos a su vez en caminos. A cada paso todo es diferente, las fuentes, las estatuas, los árboles tallados de formas caprichosas.

Parque en el palacio de versalles

En una zona lateral de los jardines nos encontramos con el Invernadero de los Naranjos (Orangerie), rodeado por la Escalera de los Cien Peldaños. Los árboles plantados en macetas pasan el invierno en su interior y son transportados al exterior, en primavera. Algunos de estos árboles tienen más de doscientos años.

Cerca del Invernadero de los Naranjos, el Huerto del monarca producía frutas y hortalizas de gran calidad destinadas al consumo del rey y de sus cortesanos.

En la zona de los trianones nos sorprende encontrarnos con un jardín a la inglesa. Para recrear la vida pastoril, se construyó una aldea con once casas, que tenían el tejado de paja, donde vivía una familia campesina cuidando el ganado.

Entradas

palacio de versalles

Recomiendo que compres la Pass Museum (sobre todo si vas a visitar algunos museos) ya que no tendrás que hacer cola para entrar. Lo único, que si hay alguna exposición temporal, o, como me pasó a mí, hay conciertos en los jardines, no entra en la pass tendrás que pagarlo a parte si quieres verlo.

El precio, dependerá de muchos factores, ya que principalmente los menores de 18 años, no va a tener necesidad de pagar entrada, mientras que los demás, dependerá de la hora de llegada, porque si vamos por la mañana nos va a salir más caro, que si solamente vamos por la tarde, ya que nos harán un precio reducido. Además, por lo que tengo entendido, hay ciertos días a lo largo del año en el que la entrada es gratuita para todos. Y por último, comentaros que también va a depender el precio de si queremos un guía o simplemente queremos ir viéndolo a nuestro aire.

Sus precios son:

  • Visita al palacio, palacios de Trianón y el Dominio de Maria Antonieta: 18 euros.
  • Entrada al palacio: 15 euros.
  • Entrada a los Palacios de Trianón y Dominio de María Antonieta: 10 euros.

Para terminar, deciros que es un Palacio digno de visitar, pero está claro que hay que ir con bastante tiempo, porque tendremos un montón de cosas que visitar. El interior del palacio es bastante bonito, tendrán unas imágenes y dibujos increíbles que vamos a encontrar tanto en las paredes como en el techo. Es un palacio que está lleno de grandes ventanales, desde los cuales vamos a poder disfrutar de los preciosos jardines que hay, todos simétricos y muy bien cuidados. De todo el interior, lo que más me llamó la atención fue la sala de los espejos, porque es una sala muy amplía, teniendo espejos por todos los lados aún lo parecía más, y muy bien iluminada. Los jardines, también eran muy bonitos, aunque no pudimos disfrutar de ellos como hubiésemos querido, porque nos salió un día lluvioso y sólo los pudimos ver desde el interior, una gran pena y algo que tendré que volver a visitar, porque nos quedamos con muchas ganas.

Así que para terminar, deciros que si tenéis tiempo para dedicar a visitar el Palacio de Versalles, disfrutaréis tanto de su interior como de los espectaculares jardines y el lado del exterior. Así que os recomiendo que vayáis a visitarlo.

Mi experiencia

Palacio de Versalles

Es prácticamente imposible verse en un día, pero dentro del castillo hay que verse, como mínimo: la capilla, los salones de gala del primer piso, la famosa galería de los espejos y los aposentos privados del Rey y de la Reina.

Hay algo que me llamó mucho la atención, y me ha quedado grabado, y es el hecho de que cuando la reina daba a luz, estaba rodeada de mucha gente, obispos, gente de la corte, es decir, gente cercana al Rey, y todo era para ver cómo paría la Reina, y ellos certificaban que ese era el hijo del Rey, pues sí que tenía muy difícil engañarle, je, je, je..

Os aconsejo que llevéis algo para comer o salgáis de allí, porque el restaurante es muy caro.
Nosotros, tuvimos la suerte de salir del palacio, y en el pueblo encontramos un restaurante italiano, donde comimos pasta a muy buen precio, pero lo mejor de todo es que tenían copas de champán, evidentemente francés, al precio de una cerveza o una coca – cola en París, y lo mejor de todo es que nos abrieron la botella para nosotros.

Lo tienen todo muy bien organizado. Con la entrada al Palacio de Versalles te proporcionan una especie de magnetófono con cascos, pudiendo elegir el idioma en que quieres escucharlo.

Versalles

Cómo el recorrido está marcado, sólo tienes que seguir el camino al mismo tiempo que escuchas las explicaciones. Para mi gusto, iba un poco rápido, pero no hay problema con pararlo y detenerte el tiempo que necesites es suficiente.

Cada estancia por la que pasas te impresiona más que la anterior y el momento apoteósico es la visita a la Galería de los Espejos. Yo me sentía como transportada a otra época.

Luego llega la visita a los jardines, ahí vas a tu aire, lo que supone que muchas veces te encuentras como perdido, crees que ya has pasado por allí, pero resulta que de pronto te encuentras algo nuevo, o unas fuentes en cascada o una zona circular rodeada de columnas, escalonada haciendo como un teatro al aire libre, o un minúsculo escondite tallado en boj, con un banco sólo para dos.

Hay fuentes y estatuas por todos lados, cada una compitiendo en belleza con la anterior. Todos los árboles, setos, césped o plantas y flores están cuidados hasta el mínimo detalle.

Para descansar un poco después de tanto paseo, cogimos los Trenecitos del Parque de Versalles. Tiene tres paradas, en el Pequeño Trianón, Gran Trianón y el Gran Canal. Puedes bajarte y visitar los trianones, pagando claro, y luego volver a coger el trenecito con el mismo billete.

Como íbamos justas de tiempo, pues no faltaba mucho para el espectáculo final, las fuentes musicales, sólo nos bajamos en el Gran Canal, dimos un pequeño paseo y cogimos el siguiente tren. Con lo que nos quedamos sin entrar en el Pequeño Trianón y el Gran Trianón.

Como colofón nos reunimos todos los visitantes alrededor del estanque de Neptuno que nos deleito con su espectáculo de agua y música.

Yo, si vais a París, dedicad un día para visitar este maravilloso palacio, y dedicadle, si podéis un día entero. Merece la pena.

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