No es que suela visitar cementerios pero esta Semana Santa no me pude resistir a visitar el de Lloret de Mar. La razón: es modernista y, ya que no tuve ocasión de ir hasta Cadaqués u otras poblaciones gironenses exponentes del modernismo catalán, pensé que sería interesante ver la prueba mayor que el modernismo dejó en Lloret: su cementerio.
No es que normalmente sea un placer visitar un cementerio, pero ya hay algunos que se han colado en las guías turísticas. El que primero me viene a la memoria es el Pére Lachaise de París, pero hay otros muy conocidos.
El cementerio modernista de Lloret de mar no es de los más conocidos, pero viene en los folletos turísticos que te entregan en la Oficina de Turismo de la población como una de las cosas que hay que visitar.
Así que allá nos fuimos una mañana mi marido, mi hijo y yo.
Lo primero, decir que, si bien no es una visita alegre, tampoco lo es tétrica. Mi hijo tiene cinco años y estuvo tan campante paseando por allí. A mi marido fue al que más yuyu le dio.
Está situado bastante céntrico. Nosotros fuimos andando. Desde la playa se tardarán diez o quince minutos tan sólo.
Es un cementerio más bien pequeño pero coqueto. Si bien hay zonas más modernas, el grueso del mismo tiene un estilo modernista. Cuando fuimos nosotros, la parte central estaba en obras y no se podía acceder a ella, aunque se podía ver todo desde las vallas.
Es un cementerio antiguo, inaugurado en 1901.
Hay una avenida principal, que desemboca en la Iglesia del cementerio. En torno a esta avenida están las tumbas más espectaculares.
Resultan interesantísimos los paneles explicativos que hay junto a las tumbas más significativas. En ellos, que están en castellano, catalán e inglés, se explica el año de datación del monumento, quién lo diseñó y algunas de sus características. Entre los escultores hay algunos bastante famosos en estos ámbitos como Josep Puig y Cadafalch o Vicenç Artigas.
La mayoría de las tumbas y mausoleos son muy lujosas. Todas ellas en piedra, muy trabajada, con volutas, espirales, flores, plantas… es decir, muy del estilo modernista.
La razón de ser de este cementerio radica en los indianos que, tras hacer las Américas, volvían ricos a su tierra y construían allí los dos signos exteriores más significativos de su riqueza: un palacete para vivir y una tumba para morir.
Creo que, si vais a Lloret, deberíais olvidar los prejuicios contra esta clase de sitios y dedicarle una visita a este curioso cementerio.
Es por tanto, una buena visita, con unos mausoleos que dificilmente podréis olvidar y además, seguro, os haréis una pregunta al salir: ¿tanto para qué? Yo me la hice y ahora todavía al pensarlo no tengo una respuesta clara… a los pocos segundos te ves inmerso en la ajetreada vida de Lloret y empiezas a pensar en asuntos más «terrenales»….
Una visita relajada no lleva más de media hora y el acceso es libre.
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