Ubicada en pleno Paseo de Gracia este edificio no pasa desapercibido a nadie. Construido a principios del siglo pasado es uno de los más claros ejemplos de arquitectura modernista civil. Fue encargado su diseño a Gaudí para ser un edificio de viviendas de lujo destinado a la ascendente burguesía catalana de aquella época, en plena revolución industrial.
La Casa Milá tardó 5 años en construirse. Se inició en 1905, finalizando su construcción el año 1910, siendo restaurada posteriormente en 1988.
El edificio es muy singular por diversos detalles. Sus formas están redondeadas al máximo, imitando a la naturaleza; no se puede encontrar un rincón o una esquina en ángulo, todas las transiciones de paredes y techos están redondeadas, ofreciendo una gran sensación de amplitud.
Las ventanas y los balcones no son homogéneos, parecen estar colocados un poco al azar sin seguir una verticalidad clara. Los enrejados de los balcones son de metal retorcido como las ramas de un árbol viejo. Las puertas del portal también tienen un diseño ensortijado acorde con los balcones.
Los materiales en los que está construido y decorado todo el edificio son muy variados: madera, piedra, ladrillo, forjados de metal, muchísimos mosaicos de azulejo.., todo ello contribuye a la sensación de naturaleza salvaje.
Los tejados merecen un punto y aparte; su superficie no es plana presentando escalones, macizos y arcos; las chimeneas tienen formas curiosas, como máscaras de guerreros en formación. Todo el conjunto puede aparentar un bosque en el que se vaya a disputar una batalla medieval. Además desde el tejado o terraza, podemos ver unas vistas preciosas de Barcelona, entre otras cosas podemos ver la Sagrada Familia, también hecha por Gaudí.
Actualmente, desde hace unos años, se puede realizar una visita al interior del edificio en la que se puede ver el tejado, el amplísimo desván bajo la cubierta -verdadera maravilla arquitectónica por su forma de arcos de ladrillo- y una vivienda tipo en la que se recrea el mobiliario y los utensilios domésticos de la época de construcción.
En el desván hay una detallada exposición sobre el diseño y construcción del propio edificio y sobre otras obras de Gaudí.
También podremos contemplar una zona con sillas diseñadas por Gaudí. El problema que le vi a esa parte de la exposición fue que estaba bastante oscura, con lo que al final terminabas pasándola rápido porque resultaba un poco claustrofóbica ya que la arquitectura del edificio tampoco ayuda a sentirte en un espacio amplio. Paredes inclinadas y pequeños túneles con arcos hacen que te parezca que estás en una especie de cueva (salvando las distancias, por supuesto, ya que la planta del edificio es muy grande)
La entrada cuesta 24 euros (aunque aquí hay descuentos para niños, mayores de 65 años, etc), por lo que al principio puede parecer algo caro, pero después de terminar la visita y haber visto todo lo que se puede ver se sale con la sensación de haber empleado bien el dinero; todo está muy cuidado, limpio y acondicionado para la visita, pudiéndose recorrer todo sin agobios y con una información clara.
La entrada incluye la visita con audioguía de la casa en la que vivió Gaudí con su mujer y sus hijos, con muebles originales y gran parte de los enseres de la época. Cuanto menos, es curioso.
Puedes llegar a La Pedrera, con el metro de Barcelona cogiendo la linea 5 (azul) o la linea 3 (verde) además del bus nº 7 , 16, 17, 22 , 24, 28, T1.
Contenido de la Guía
Mi visita a La Pedrera
Recuerdo que según entramos había una especie de patio pequeño donde se podía ver desde abajo mirando al cielo toda la fachada del edificio con sus formas redondeadas.
Lo más característico de este edificio y lo que nos explicaron en la visita guiada es que este edificio carece de esquinas, no hay ningún elemento de la casa: ni muebles, ni escaleras ni paredes, ni la barandilla que contenga elementos punzantes. Y la verdad es que yo no vi ninguno.
Las escaleras las han hecho de tal forma que son redondeadas en sus vértices, no hay ninguna esquina en las paredes, vas andando por pasillos redondeados en forma del movimiento de una serpiente, las barandillas todas redondeadas y los muebles por supuesto que también.
Durante la excursión vas subiendo por las escaleras viendo en cada planta el diseño de los baños y de las habitaciones. A mí me encantaron los baños, con las típicas bañeras de patas, ¡qué pasada!
Ya en la parte de arriba tiene un patio superior desde donde se puede ver la parte de arriba de Barcelona si el edificio que tienes delante no te lo impide. Arriba tiene estatuas o figuras de piedra y te puedes mover de un sitio a otro subiendo y bajando escaleras, la verdad es que es curioso.
Y solamente nos dejamos para el final, el detalle de la fachada con sus hierros retorcidos en los balcones, todo un artista el Gaudí.
La fachada, para mí, junto con la terraza es lo más bonito, echa toda a piedra, y haciendo con esta piedra ondulaciones por todo el edificio, supongo que emulando al mar, además los balcones son de hierro forjado e imitan a plantas. Además, si os fijáis , no veréis ningún piso igual que otro, los balcones desplazados un poco lateralmente, balcones con formas diferentes,…
Conclusión
La Casa Milà o La Perrera hoy en día se considera la obra maestra de GAUDÍ, un inicio al modernismo que poca gente entendió en su día.
Después de haber visitado el edificio creo que es algo que debe ver todo el mundo, independientemente del precio, porque es muy curioso y merece la pena pagarlo.
Un consejo: Si llueve no vayáis porque cierran la terraza y es lo que más suele gustar.
Realmente es una visita que merece la pena y que considero imprescindible para alguien que vaya a Barcelona por turismo.
Por lo demás, la Pedrera es estupenda. Muy fácil de encontrar, muy accesible en cualquier medio de transporte y una verdadera joya de la arquitectura. ¿Qué más se puede pedir? Pues que bajaran un poco el precio de la entrada.
Os recomiendo 100% la visita a este edificio de Barcelona, os va a encantar.
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