Jardín Botánico de la Concepción

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Dentro de mi parte de escapada malacitana, me he topado con este espléndido Jardín Botánico e Histórico de La Concepción, al que yo más bien denominaría Parque por su extensión.

Dónde está

Si bien su localización pueda parecer un punto frío en medio de la nada, en el llamado Camino del Jardín Botánico, nº 3 de Málaga, a las afueras de la ciudad, si sales de Málaga con dirección a Sevilla, Córdoba o Granada por la A-45, lo encontrarás a tu izquierda y evidentemente, si provienes de fuera lo encontrarás a la derecha, en ambos casos junto al embalse del Limonero.

Pero lo que parece un lugar frío y apartado, se convierte en un mirador espectacular de la ciudad de Málaga, desde la cual podemos divisar el casco histórico de la ciudad al completo y ésta casi por completo.

Cómo llegar

Si no deseas caminar, de Lunes a Viernes no tienes otra alternativa que el vehículo propio o el taxi. Nosotros fuimos éste Viernes y como es evidente, utilizamos nuestro turismo, pero los más osados pueden optar por tomar la línea 2 de autobuses de la empresa municipal de Málaga y descender en la última parada de Ciudad Jardín, concretamente en Camino de Casabermeja. Si no conocéis la ciudad, tendréis que preguntar.

Una vez os apeéis, tendréis un bonito paseo de unos quince minutos cuesta arriba, aunque nada preocupante ni insano.

Este autobús sale de la Alameda Principal, en pleno centro de Málaga y en su recorrido nos llevará por Correos, el barrio del Perchel, el de la Trinidad, la Avda. Ramón y Cajal hasta el Mercado y el Barrio de Ciudad Jardín, de forma interrumpida cada 15 minutos aproximadamente, en un trayecto circular entre los dos puntos.

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Los Sábados, Domingos y festivos, la línea 61 de la misma empresa de autobuses, os llevará hasta la misma puerta del Jardín, con un recorrido similar al anterior y salida a cada hora en punto desde la Alameda Principal y a las y media, desde el Jardín. Primera salida a las 10 de la mañana y última a las 20, para el Jardín, añadimos media hora más a las de inicio y fin los Sábados, mientras que los festivos, a partir de las 18,30 horas, los de retorno del Jardín a la ciudad, lo serán a las 19 y a las 20 el último.

El lugar cuenta con dos zonas de aparcamientos muy próximas a su entrada, que se me antojan suficientes para las visitas diarias del lugar, más una tercera zona de aparcamiento para uso exclusivo del personal del jardín.

Horarios

Tiene horario de museo, eso quiere decir que cierra todos los lunes del año, además de los días de Navidad y Año Nuevo, para los de la LOGSE, 25 de diciembre y 1 de enero…, sí de todos los años.

Abre todos los días del año a las 9’30 horas y cierra en su horario de verano (1 de abril al 30 de septiembre) a las 20’30 horas, mientras que el resto del año cierra a las 17,30 horas.

Indicar que se admiten visitas hasta una hora y media antes de la hora de cierre, aunque se me antoja totalmente insuficiente para la visita, además de poco económico.

Precios

Caro, los precios son aparentemente caros, pero creo que lo merece, no sólo por lo que alberga, sino por las posibilidades que nos plantea.

  • 4’20 euros la visita individual para los adultos.
  • 3,15 euros para grupos de 20 en adelante.
  • 2,15 euros para niños entre 6 y 16 años.
  • 1,05 euros para grupos de niños (más de 20 y entre 6 y 16 años).

Los niños menores de 6 años supuestamente no pagan, mientras que los jubilados y pensionistas, lo harán como niños de entre 6 y 16 años, en las modalidades individual o grupo según corresponda.

Las visitas guiadas se pagan aparte, y a nosotros se nos ofreció la posibilidad pagando 2,15 euros más cada uno, lo que rechazamos, puesto que debíamos esperar más de una hora.

No obstante existe la posibilidad de recibir contenido multimedia vía bluetooth, aunque confieso que no lo utilice, no sé si por ser un negado tecnológico o porque el tema no funcionaba del todo bien.

Además también existe un panel audiovisual que nos muestra información sobre el “Parque” a la entrada al mismo.

La visita

El mapa que nos entregaron junto con las entradas, es más que suficiente para un acercamiento al insisto, «Parque», puesto que nos indica las zonas de interés perfectamente numeradas y ubicadas, unas breves pinceladas sobre el lugar y su historia, así como una serie de itinerarios de diferentes dificultades que no os detallo por carecer de interés hasta el momento de la visita, pero que sí os enumero y detallo en lo que considero de interés.

Paseo acto para sillas de ruedas, marcado en azul, prácticamente enlozado en su totalidad y sin apenas dificultad.

En blanco lo considerado como fácil de andar, también de escasa dificultad.
En marrón, que color más apropiado, para la dificultad media que es a la vez la máxima. Caminos con mal firme y con cuestas de moderada exigencia.

Por último, las zonas de descanso figuran en verde y de las que ya os hablaré un poco más adelante.

No obstante lo aquí apuntado, es recomendable planificar previamente la visita, visitando la página web del parque, en la que podréis encontrar las últimas novedades y otros itinerarios recomendados, que fue lo que yo hice previamente y de lo que os puedo asegurar, no me arrepiento, sino que contribuyó al éxito de mi visita.

Señalización

El lugar se encuentra perfectamente señalizado, tanto en sus posibles itinerarios temáticos como si descendemos al planta a planta, o a la simple indicación para encontrar unos servicios u otros servicios que nos ofrece el lugar.

Servicios

Las zonas de descansos son auténticos merenderos, en total podemos encontrar siete que se encuentran estratégicamente repartidos por el Parque y que constan de mesas y bancos de madera con sus correspondientes papeleras, también de madera. Sólo decir que unos cuentan con más sombras que otros y en ellos está permitido comer y beber, no así en el resto del parque por razones obvias de limpieza.

El otro sitio en el que está permitido el consumo de alimentos y bebidas es su cafetería, que se encuentra a la espalda de la entrada, pero de la que sólo os puedo hablar de su terrible soledad, porque ni había nadie en su interior, ni nosotros la visitamos, así que sobre los precios no os puedo comentar nada, aunque se me antoja que no serán abusivos, puesto que en el lugar puedes consumir tu propia comida y bebida, y justo enfrente tiene una zona de descanso.

Si obviamos los aseos y la taquilla de entrada, el último servicio que encontramos a disposición del visitante es su tienda de souvenirs, en la que encontraréis las típicas mercaderías de este tipo de lugares a los convenientes precios casi abusivos a los que ya estamos acostumbrados en nuestras visitas a museos y similares.

Comportamiento en el parque

Evidentemente se nos invita amablemente a que contribuyamos al buen estado de conservación del lugar, lo que no es que nos pongamos a podar, cavar, regar o limpiar, sino simplemente no ensuciar y no agredir al mobiliario y plantas del lugar o hacer algo que pueda dañar o ensuciar. Sé que para algunos es dificultoso, pero haced un esfuerzo y amarrar a esos niños… o no tan niños.

También se nos invita a no salir de los caminos con la finalidad de no estropear las plantas y fumar sólo está permitido en la entrada.

No se puede entrar con animales domésticos. La suegra y los cuñados no cuentan, esos son animales salvajes totalmente indómitos.

Por último se nos advierte que nos encontramos en un lugar donde existen obstáculos como estanques, raíces, desniveles, etc., por lo tanto debemos prestar la debida atención, o como diría mi madre “Anda y mira pa’lante atontao que te vas a esgraciá”.

Rutas temáticas

Aunque no seguimos ninguna de ellas fielmente al cien por cien, ni con el detenimiento debido, sino más bien de forma presurosa, pues nuestra visita fue tan sólo de tres horas, en la que sí, conseguimos recorrer todo el parque de una forma un tanto atropellada

Las Joyas de la Concepción

Su recorrido arranca prácticamente a la entrada al parque, con lo que no nos será muy difícil encontrarlo, y se prolonga por el mismo corazón del “Parque”, que no es más que el Jardín Histórico; la historia viene luego. Su recorrido con cierto detenimiento y buenas piernas es de una hora, hora y cuarto.

Los puntos de interés en esta zona, son diversos y con total seguridad los más interesantes en general, aunque otras zonas puedan tener un mayor valor botánico o sean más atractivo a los ojos de los más curiosos. Así que debemos considerar su visita como ineludible.

Entre estos os destaco la Casa Palacio que data del siglo XIX de estilo colonial, precedida por una escalinata de piedra a cuyos pies, prácticamente se encuentra otro punto interesante como es la fuente del tritón.

También podremos encontrar un par de cascadas y estanques, otros tantos puentes, el pequeñito Museo Loringiano, que recuerda a la Grecia clásica, todo ello aderezado de grandes y viejos arboles, así como alguna que otra escultura.

La Vuelta al mundo en 80 árboles

Se desarrolla por un amplio paseo enlozado, totalmente apto para la visita por personas de movilidad reducida y de escasa dificultad y longitud. Cada tramo del recorrido está marcado con el nombre de un continente a partir del cual, se nos muestran diversos árboles y arbustos del continente en cuestión.

Realmente son 80, pues no los he llegado a contar, pero creo que son más del doble, por lo que su recorrido, pese a ser corto en distancia, su riqueza en interés botánico, nos entretendrá por poco menos de tres cuartos de hora.

Ruta de los Miradores VS Ruta Forestal

Sinceramente, para lo que podemos ver en una y en otra, es casi igual la que escojáis, puesto que ambas son un paseo agradable, pese a desarrollarse ambas en parte de ese recorrido de dificultad media y por tanto, con cuestas.

En ambos casos podremos divisar prácticamente lo mismo, copas de árboles, vistas del Parque y de la ciudad de Málaga; pero también en ambos casos, hay un punto de ineludible visita que además es el símbolo del parque, el Mirador histórico, a cuyas espaldas se encuentra un precioso estanque y conforme se sube para acceder al mismo, encontramos el jardín de cactus, que cuenta con una gran diversidad de estas plantas.

La ruta de los miradores, nos aportará algo más de sombra y un poco menos de desnivel en las cuestas, haciendo más ameno el recorrido, con una vista más cercana de las zonas interesantes del parque, por lo que la considera más recomendable por su belleza, con lo que podemos prescindir de la ruta forestal.

Un recorrido con cierto detenimiento, nos puede llevar alrededor de una hora u hora y media.

Otros puntos de interés

El llamativo Jardín de los bambúes a cuyo lado se encuentran unos invernaderos y un estanque con una estancia de piedra para el descanso cubierta de enredaderas y la pintoresca casita del jardinero.

Muy cerquita de la entrada, encontraremos dos lugares que captarán la atención de los más curiosos, uno el invernadero de insectívoras, frente al bar y muy cerca de la tienda de souvenirs, dónde encontraremos plantas carnívoras, orquídeas, etc, y un jardín que puede pasar inadvertido ante la atracción que generará la visión del conjunto de bar, tienda e invernadero, que es el jardín de las plantas primitivas, dónde podremos contemplar algunos ejemplares del mundo vegetal, auténticos fósiles vivientes con millones y millones de años (la especie, no la planta como ser individual, para los poco crédulos).

De aspecto destacable más por su simbología y uso histórico que por su valor botánico, monumental o arquitectónico, destaca el paraje llamado Teatrillo que se encuentra en el Jardín Histórico, muy próximo a la glorieta del tritón y por tanto, en plena Ruta de las Joyas de la Concepción. En ella se cuenta, que sus dueños, los Loring, las usaban para la realización de representaciones teatrales como “Las tres rosas”.

En el extremo del Parque más alejado de la entrada, encontraremos una parcela de experimentación donde encontramos las diferentes vides malagueñas, algunas de ellas ya desaparecidas, así como una zona de plantas autóctonas menos impactantes que las especies foráneas por nuestra familiaridad con las mismas, aunque no por ello menos interesantes y entre ambas zonas, se encuentra la plaza del olivo, cuyo eje central es un olivo con más de 400 años.

Precediendo a la zona anterior, encontramos la colección de palmeras, dónde encontraremos una gran variedad de estas plantas que nos llegará a sorprender.

Mención especial merece un tramo de las obras de la obra de ingeniería hidráulica más importantes del siglo XVIII que podremos contemplar en el parque, se trata del Acueducto de San Telmo, que llevaba el agua hasta Málaga, apoyándose para la realización de la obra en técnicas romanas y árabes para conseguir el frenado del agua evitando que alcanzara en su caída velocidades perjudiciales, dado el gran desnivel que tenía que salvar en sus poco más de 10 kms.

Aunque la relevancia de estas edificaciones para la mayoría es irrelevante desde el punto de vista arquitectónico y paisajístico, debo decir que en el lugar encontramos la sede de la “Asociación de Amigos de la Concepción” y las casas adyacentes a la Casa Palacio, como son la Antigua Casa del Administrador, la Casita del Ciprés y la Escuelita.

Historia del lugar

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Los creadores del lugar fueron los marqueses de Casa Loring, quienes adquirieron el lugar a finales del siglo XIX, que planificaron durante su viaje de novios, que por cierto dicen que duró varios años.

Así se decidieron a convertir las tres hectáreas que ocupa el lugar en un jardín de estilo romántico, en el que dieron cabida a plantas de todo el mundo, convirtiéndolo en un lugar único y diferente al resto de jardines históricos y botánicos. De hecho dicen los entendidos que se encuentran entre los tres más importantes de España, aunque aquí hay diversidad de opiniones y valoraciones.

Aquí es donde entra en juego el Museo Loringiano, del que anteriormente me he reservado hablar, pues su mérito radica en el tesoro que alberga, un mosaico romano es el suelo del templete que alberga además un buen número de piezas romanas.

En 1911, el jardín cambia de manos, y pasa a ser propiedad de los Echevarría Echevarrieta, que respetando la obra de los Loring, ampliaron su obra.

En 1943 es el año en el que La Concepción, es reconocido como Jardín Histórico Artístico, pasando en 1990 a manos del Ayuntamiento de Málaga que lo divide en dos partes una es declarada en Parque Periurbano y la segunda y menor, es la que hoy día alberga este BIC del que os hablo.

Plantas

Como ya os he citado, el jardín de bambúes es digno de ver, pero a mí además me llamaron la atención otras plantas como los llamados “Palos Borrachos”, por su nombre y lo diferente que pueden llegar a ser entre sí, el mítico Ginkgo biloba o también conocido por Árbol Sagrado ó Árbol de los Cuarenta Escudos, un auténtico fósil viviente que sobrevivió a la bomba atómica (ve a la “wiskipedia” e informate, no tiene desperdicio).

Otra de las plantas que llamó poderosamente mi atención, también es de origen asiático como las anteriores, y es el pomposo Sagú Japonés.

Pero como digo, podemos encontrar miles de plantas, perfectamente identificadas mediante sus correspondientes letreros, que nos informan sobre su procedencia, nombre científico y nombre común.

Entre las que me perdí en su máximo esplendor, se encuentra La Glicina del Emperador, que como la mayoría de plantas florecen en primavera, por lo que recomiendo especialmente su visita entre finales de marzo y junio.

Algo que os podrá sorprende es la ingente cantidad de naranjos y limoneros que podemos encontrar en el lugar, y la curiosidad de encontrar naranjos que dan naranjas y limones y limoneros que hacen lo propio, por lo que os veréis tentados al igual que por la existencia de algún que otro espárrago silvestre de unas proporciones que los hacen casi tan deseables como un trío con Halle Berry y Megan Fox.

Incontables son las plantas de la familia del Aloe que podemos encontrar en el lugar, casi tantas como las variedades de árboles y enredaderas que podemos ver.

De palmera, cactus, plantas jurásicas y carnívoras ya os he hablado, plantas acuáticos como los ameos o las flores de loto y un interminable etc, que harán disfrutar a vuestras retinas hasta quedar extasiadas de tanta belleza y aroma, pues existe además una gran variedad de planta automáticas entre las que pude reconocer la lavanda, el romero, el enebro, el tomillo, el laurel, etc.

Fauna

No es demasiado importante, aunque existe una buena variedad de pájaros autóctonos y alguna que otra ave mayor que se guarecen bajo la protección y tranquilidad del lugar.

Siguiendo con la fauna arborícola, os pueden sorprender en pleno Jardín Histórico las simpáticas ardillas, que ante nuestra presencia se mostraron bastante ruidosas.

En los estanques y zonas de agua es muy fácil encontrar ranas que si sois pacientes se dejan ver, algunas de gran tamaño, y por supuesto también estarán los típicos peses de colores.

No sé, si habrá algún que otro morador animal más en el lugar, pero estos son los que pudimos ver.

Conclusión

Como habréis, podido comprobar, el detenimiento mínimo imprescindible para poder apreciar detalladamente el lugar, os puede llevar unas tres horas como mínimo, aunque yo recomendaría unas cinco o seis, con descanso incluido para avituallarse e hidratarse convenientemente, por lo que recomiendo que realicéis la visita sin ninguna prisa, disfrutando del lugar con la vista y el estómago, como si se tratase de un día de campo, dejándose embaucar por la gran cantidad de aromas embriagadores que el lugar pone a nuestra disposición.

No obstante, puedes optar por echarle algo más de dos horas como nosotros hicimos, pero saldrás con mal sabor de boca, con la sensación de haberte dejado algo atrás, de no haber dedicado el mínimo tiempo imprescindible y con la necesidad de retornar, con lo que os costará otros cuatro euros y pico más, siempre y cuando no optéis por una visita guiada.

No obstante dudo que consigáis mantener en vuestra mente la totalidad de especies que podéis encontrar en el lugar, pues éstas creo que superan el millar.

En la visita es recomendable el uso de ropa cómoda, sin que ello sea del todo imprescindible, aunque los tacones no se lleven nada bien con estos sitios.

También es aconsejable el uso de protector solar, especialmente si acudís en época veraniega, pese a que las amplias sombras del lugar os puedan dar bastante cobertura.

El precio aunque parece elevado, merece la pena sin ninguna duda, pues podrás disfrutar de un lugar que se encuentra perfectamente cuidado, con un estado de conservación envidiable, que cuenta con una gran variedad botánica, dotado de una belleza sin igual, que lo ha llevado a encaramarse en uno de los Parques botánicos más importantes de España y posiblemente de Europa.

Por último, indicar que es un lugar relativamente cómodo, limpio, acto para todos los públicos y en su parte fundamental, transitable por personas con sillas de ruedas.

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