Parque de El Capricho

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No hace mucho, paseando un domingo por Madrid, por zonas que todavía nunca tuviera la suerte de haber ido, me encontré con esta maravilla. Se trata de un jardín del S.XVIII que fue realizado por capricho de una Duquesa por aquellas épocas, y mirad cual es la casualidad, que también nosotros podemos tener también el pequeño derecho a disfrutar de esta maravilla aunque únicamente sea para dar un paseo agradable y un continuo descubrimiento, que anima al recorrido e incita al seguimiento que permite la sorpresa y el hallazgo del rincón íntimo, sosegado y tranquilo.

En este comentario, trataré de explicar de forma muy resumida, toda la información que conseguí recopilar a través de diferentes medios, puesto que a mí personalmente, la historia me encanta y más si esta se refleja en su actualidad como si estuviésemos por aquellas épocas.

Breve historia del Parque de El Capricho

Por el S.XVIII nuevas corrientes naturalistas se implanta en Europa. El canto de Rousseau a una vida idílica y campestre se debate en los estertores de una monarquía absolutista. María Antonieta juega a los pastores en el escenario falseado de Petit Trianon de Versalles. El jardín convertido más que nunca en un reflejo de las corrientes filosóficas del momento, ofrece el marco engañoso y falsamente inocente donde poner en práctica esas teorías. Un reinado que se refugia en el decorado de unas falsas cabañas y de una falsa aldea. La corte juega a los campesinos.

Doña María Josefa desea también una villa de recreo y de reposo donde retirarse lejos de la etiqueta de la corte y de los deberes y compromisos sociales. Buscará en las cercanías de Madrid hasta encontrar una casa de campo en Canillejas, antigua propiedad del Conde de Barajas, perteneciente a los Condes de Priego. En 1779 arrendaron una casa de recreo con huerta, frutales, cochera y caballerizas comprándola en 1783.

La obra que realiza la Duquesa, suya personalísima, es un reflejo exacto de las tendencias paisajistas de ese momento, con muy pocos años de retraso conceptual en comparación con lo que se estaba haciendo en el resto de Europa. Nada se hizo sin consultar con ella y sin su autorización.

Dos antiguas casetas medio derruidas y un camino de cipreses marcan todavía la entrada a las posesiones de los Duques, que se extendían abarcando la totalidad del pueblo de Barajas, rodeando y abrazando las 19 hectáreas que contenían el palacio y los jardines de recreo, aislados por la alta tapia de mampostería. El jardín tiene en la actualidad 14 hectáreas, sin contar con los terrenos del camping anexo.

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Frente a la puerta de entrada principal del palacio se encuentra una plaza arbolada, con la casa de oficios que albergaba cocinas, cuadras, caballerizas, cocheras y un gran patio central. La plaza estaba adornada con una fuente.

El interés que a partir de este momento demostró la Duquesa por su Versalles particular transformó el primitivo jardín en el modelo más acabado de villa suburbana neoclásica que tenemos en nuestro país.

Esta posesión primera llevaba anejo un jardín cuyo origen se remontaba al S.XVI y cuyo centro ocupado por una fuente, correspondería a la Fuente de las Ranas del jardín bajo actual. Este sería el verdadero núcleo original del antiguo jardín.

La Condesa-Duquesa encargó el proyecto a Pablo Boutelou, de una familia de ilustres jardineros que habían venido a España con los Borbones para trabajar en los jardines de La Granja de San Ildefonso. En 1787 contrata los servicios de un jardinero francés Jean Baptiste Mulot, que había trabajado en Versalles y en el Petit Trianon. En el mismo año Juan de Millá, arbolista y jardinero del Real Jardín Botánico expide una certificación al haber tasado los jardines y la huerta de los Duques que nos da una orientación de la existencia de 5833 árboles frutales y plantas de adorno. En esta misma época aparece la figura de Ángel María Tadey de Borghini, un hábil decorador que pasó a ser un personaje inseparable de la Alameda, consiguió crear todo un mundo de ilusión y de indudables aciertos paisajísticos.

En este jardín se superponen estilos y tendencias, es decir, por un lado un jardín clásico en el sentido de orden y trazado y por el otro un jardín paisajista con un amplio discurso naturalista y pintoresco.

El Capricho cuenta con la condición de jardín histórico artístico por el Decreto del 14 de Octubre de 1942.

Puntos del Parque de El Capricho que debes visitar

A continuación trataré de realizar un breve recorrido a través de este maravilloso jardín explicando algunos de los elementos tanto arquitectónicos como decorativos que nos podemos ir encontrando a lo largo de este gran espacio.

El laberinto: Es la parte central del jardín paisajista. En ella las praderas verdes son el elemento predominante, junto con los estrechos y sinuosos caminos que la recorren. En esta zona encontramos un lago con patos, al que baja una escalinata que invita al descanso. Encontramos también una zona en la que se colocaban juegos como el columpio o la sortija de los que aún podemos encontrar restos. También se pueden contemplar puntos de encuentro con bancos y fontines. Uno de los elementos más impactantes de esta zona del jardín es el barranco que separa la ría natural y el canal de agua artificial.

El casino de baile: Pieza importante que sirve de remate a la ría. Su acceso está pensado como remate final al paseo en barca por la ría, con una visión frontal de la doble escalinata. Es una edificación octogonal sobre otra de planta cuadrada. En la planta baja se encuentran los depósitos del agua y las máquinas, en la superior el salón de baile. Esta pieza está situada en un lugar estratégico del jardín desde el que se observa gran parte del mismo. Detrás de él y como borde del jardín, en esta zona se encuentra el jardín de flores, con vistosos coloridos según la estación del año.

Lago-embarcadero: En la orilla próxima a la desembocadura de la ría se levanta un pequeño embarcadero conocido como la Casa de Cañas por estar revestido su exterior con este material. El edificio servía no solo para guardar las embarcaciones, sino que incluye un pequeño pabellón de reposo que se abre hacia el agua y que servía como comedor ocasional. El interior está decorado con pinturas murales que simulan una falsa arquitectura. A pesar de los materiales con los que ha sido realizado este embarcadero, ha sido capaz de sobrevivir hasta nuestros días.

La casa de la vieja: Esta casita tiene dos alturas, accediéndose a la parte superior mediante dos escaleras interiores y otra exterior. En la planta baja se encuentra el Gabinete del Musgo con la cocina y todo su mobiliario, con dibujos en las paredes y el dormitorio de la vieja con un maniquí y una rueca. En la planta superior se encuentra el Gabinete Rico pintado al estilo pompeyano.

La ermita: Es otro de los numerosos puntos de interés hábilmente creados. Son pequeños hitos que incitan a seguir recorriendo el jardín. Es una edificación sencilla, de planta rectangular. La pintura, el musgo artificial dibujado en sus paredes y el estrecho camino rodeado de cipreses hacen de la ermita un verdadero espacio de soledad.

La ruina: Se trata de una fábrica hecha con intención de simular una edificación abandonada. Entraba dentro de un tipo de edificaciones muy comunes en los jardines de aquella época.

La rueda de Saturno: Se encuentra en el centro de una plaza radial que se abre en seis caminos de iguales proporciones rodeados de setos de Boj. La descomposición de los sectores de la rueda se hace con un ritmo geométrico, enfrentándose dos a dos. La estatua de Saturno devorando a sus hijos se eleva sobre una columna en el punto central de la rueda.

El templete: Presenta una curiosa planta ovalada, con un mayor espacio en los intercolumnios de los ejes centrales que permiten una mejor visión de la escultura. La inspiración de este elemento clásico dentro del jardín paisajista, debemos buscarlo en el templo de Vesta. Está situado en el punto más alto de la colina y en una zona con muy pocos árboles, lo cual contribuye a la creación de un escenario espectacular.

El fuerte: Estaba adornado con una garita con un soldado vestido y armado, doce cañones de bronce con sus cuñas, un puente levadizo de madera y todo rodeado por un foso de agua.

El abejero: Es una de las construcciones más singulares de la Alameda. Se trata de un verdadero palacio para las abejas.

El bunker: Cabe destacar esta actuación en el jardín, puesto que fue una de las más recientes, cuyo fin era para ser usado como cuartel general republicano en la época de la guerra civil. Este cuartel estaba bajo las órdenes del general Miaja. Esta actuación cuenta con centenares de metros oradados bajo la tierra del parque del Capricho, y que se puede ver como en la parte superior de este, cuenta con unas toberas de ventilación.

Estos son algunos de los puntos de interés que nos podemos encontrar en su interior pero hay otros que nada tienen que envidiar como el famoso invernadero, la montaña rusa, los duelistas,…

Curiosidades

Se rodaron en él algunas escenas de Doctor Zivago.

Goya pintó su famosa «Escena de Brujas» para decorar una de las salas del Palacio del Capricho, este aquelarre puede ser contemplado actualmente en el Museo Lázaro Galdiano. También : El Columpio, Las Cuatro Estaciones, La Merienda Campestre o la Pradera de San Isidro, fueron pintadas para las dependencias de la duquesa.

El este Parque tuvo lugar la primera carrera de caballos que ser celebró en Madrid.

Una de las historias más románticas del parque no se refiere a la duquesa, sino a su nieto, que heredó el Capricho. Pedro, era quince veces grande de España pero el amor no le sonreía. Estaba enamorado de su prima Inés, enamorado hasta las trancas y desanimado por las negativas de su amada, se fue al Capricho a pasear su melancolía por los canales. Allí, como buen personaje romántico y atormentado, quiso estar solo y dio la orden a sus criados de que no le molestaran. Así que cuando Inés se presentó a las puertas del Capricho los criados le dijeron que no podría ser recibida. Y claro, ella se fue. Cuando don Pedro se enteró de la visita, Inés ya se había marchado en su carruaje, pero él intentó darle alcance a caballo. Nunca llegó a lograrlo, porque él cayó fulminado y murió.

¿Dónde está y cómo llegar?

parque de el capricho madrid

Se encuentra situado en el distrito de Barajas (Madrid), más en concreto en el barrio de la Alameda de Osuna, pegado a la Avenida de Logroño, muy próximo al parque Juan Carlos I.

Mediante transporte público se puede llegar en el metro a través de la línea 5 (verde) o mediante las diferentes líneas de autobuses urbanos con las que cuenta esta ciudad: las líneas 101, la 105 y la 115 son las que te dejan muy próximo a este parque. Mediante transporte privado, se accede desde una desviación de la N-II (carretera de Barcelona) a la altura del kilómetro 8 (Barajas-Pueblo).

Desde el 1 de Octubre hasta el 31 de Marzo se puede visitar los sábados y domingos y festivos de de 9:00 a las 18:30. Desde el 1 de Abril hasta el 30 de Septiembre, los sábados, domingos y festivos de 9:00 hasta las 21:00. Para visitas en grupo fuera de horario, es necesario contactar con el ayuntamiento de Madrid (departamento de jardines históricos y parques singulares).

¿Merece la pena visitarlo?

A pesar del encanto que tiene este espacio, se puede ver que cuenta con bastantes carencias, entre las que se podría destacar la falta de aprovechamiento de sus edificaciones. No dejan acceder al interior de la mayoría, y tampoco dejan coger una barca en el río para poder dar un agradable paseo, además algunos de los caminos secundarios no se encuentran en muy buen estado.

Es una pena que un espacio tan idílico no esté cuidado y aprovechado como debería. Otro inconveniente que le veo es su situación, dado que se encuentra muy alejado de lo que es la zona turística. Para ir andando no es una zona muy agradable la que le rodea. Pero sin embargo hoy día con el transporte público con el que cuenta la ciudad es más asequible llegar a él.

Otro inconveniente es la contaminación acústica en algunas zonas del parque, dado que está rodeado por tráfico rodado. Por el resto es un lugar idílico, para mi gusto el mejor momento del año para visitarlo es en otoño al atardecer, dado que la gran variedad de árboles y plantas le da un aspecto muy encantador, con las hojas doradas cayendo.

Si alguno de vosotros no tuvo la oportunidad de visitarlo, os lo recomiendo 😛

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